La Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) ha dado por ganada su "batalla" contra las interferencias que estaban empañando el éxito de la misión para el estudio de la Humedad del Suelo y la Salinidad del Océano (SMOS).

La ESA no ha ofrecido detalles sobre la cancelación de estas interferencias que durante cuatro meses impidieron la obtención de datos fiables por parte del satélite europeo que realizaba mediciones sobre la humedad y la salinidad del suelo. Pese a que las interferencias se han localizado en diversos países del mundo, las alteraciones más sustanciales procedían de España y en especial de Extremadura, País Vasco y Comunitat Valenciana.

Se da la circunstancia, además, de que el revolucionario sensor (Miras) que incorpora el satélite es un desarrollo tecnológico español y que la calibración de este complejo equipo ha sido posible gracias al equipo de Ernesto López Baeza, de la Universitat de Valencia. En este contexto, la aparición de interferencias en suelo valenciano "irritaba" especialmente a los responsables del proyecto y condicionaba su desarrollo.

Un satélite "ciego"

Según una nota pública de la ESA divulgada ayer, las interferencias llegaban a "cegar" el SMOS, que sin embargo cumplía perfectamente su cometido científico fuera de estas zonas.

La ESA no ha facilitado información alguna sobre el origen de estas interferencias, que se atribuyen a emisiones de Radio Frecuencia RFI (repetidores de radio, redes de wi-fi locales, etc) generadas en el rango 1400-1427 Mhz de la banda L del espectro electromagnético reservadas para la exploración de la Tierra por satélite. Sin embargo, tal como adelanto Levante-EMV, en la Comunitat Valenciana, el foco principal era una antena de wi-fi de un municipio situado a unos 20 kilómetros al sur de Valencia, además de otras señales emitidas desde Alicante y Murcia.

Según la ESA, la contaminación estaba provocada por la emisión "con excesiva potencia" en bandas adyacentes a la protegida o por transmisiones ilegales dentro de la banda.

Los datos del satélite fueron transferidos al Ministerio de Industria, que a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones inició la "caza" de la señal que arruinaba el proyecto.

Equipos móviles dotados con radiosensores y con sede en Valencia estuvieron durante semanas rastreando radiofrecuencias y triangulando para obtener detalles del foco emisor. Finalmente, las interferencias desde la C. Valenciana han sido suprimidas, como se observa en las imágenes, aunque la ESA reclama una regulación más estricta.