La catedral de Valencia conserva todavía las firmas medievales de los canteros que iniciaron la construcción de la portada románica en 1262 y que son las mismas que aparecen años antes, entre otras, en la iglesia de Foces, en la localidad oscense de Ibieca, y en la ermita de Salas, en la misma Huesca. Así lo desvela una investigación del canónigo conservador de la Seo, Jaime Sancho, publicada en el número tres de la Revista Catedral de Valencia, presentada ayer.

En esta investigación, Sancho documenta las firmas medievales en la piedra que conserva la portada más antigua de la catedral. "A pesar de la erosión y la sustitución de muchos bloques", precisó Sancho, este portal románico conserva al menos nueve signos lapidarios diferentes: la punta de lanza, la flecha (2 veces), la doble V potenzada (con puntos en los extremos), la A sin traviesa (5 veces), la A cubierta (2 veces), el báculo (2 veces), la estrella de cinco puntas, la W y la cruz potenzada.

Todos estos signos, según ha constatado el propio Sancho en un viaje reciente a Huesca, se hallan también en la iglesia de Foces, consagrada en 1259, y al menos dos de ellos, según afirma el canónigo conservador de la Seo, también se encuentran en la ermita de Salas, y la cruz se halla en las archivoltas de la portada. Ello conduce a Jaime Sancho a sostener que el mismo grupo de canteros trabajaron en las dos obras (Valencia e Ibieca), "seguramente llamados por el mismo Eiximeno de Foces, intendente general del Reino de Valencia desde 1258". Otra semejanza detectada es la forma de las bóvedas de las naves de Foces y la iglesia de San Juan del Hospital, de Valencia, concluida en torno a 1261.