Algo no debe haber calculado bien la Generalitat en su estudio económico. Los beneficios de una infraestructura tan costosa como la alta velocidad (6.200 millones ha costado el trazado Madrid-Cuenca-Albacete-Valencia) no pueden ser menores a los de la 32ª edición de la Copa América para la que ya se preveía un impacto económico de 3.663 millones y 40.770 empleos. Este último análisis lo elaboró el Centro de Estudios Económicos Tomillo (que el próximo miércoles presentará junto a Jose Blanco el estudio encargado por el Ministerio de Fomento para Valencia). O unos tiran muy por lo alto u otros tiran muy por lo bajo. El AVE, según los estudios de la Generalitat, traerá menos viajeros que la visita del Papa y la Copa del América, eventos para los que la Conselleria de Turismo preveía que atraerían 1,5 millones de turistas.

El estudio de Price Waterhouse Coopers también calcula que el AVE captará una parte importante de demanda de la que actualmente cubre el avión (que pasará del 17,4% al 2,6). De este modo, según la consultora, la demanda inducida del AVE Madrid-Valencia será del 14,3%, frente al 25,9 por ciento del Madrid-Sevilla y al 9,1% del Madrid-Barcelona, mientras que la cuota ocupada por el tren será mayor que en las otras dos capitales, con un 46,2 por ciento en Valencia, un 44,1 por ciento en Sevilla y un 43,5 por ciento en Barcelona.