Las duras críticas emitidas contra Zapatero el pasado viernes por el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José María Barreda, no han encontrado eco entre sus compañeros valencianos. Al contrario. Cabe recordar que Barreda vaticinó que si el Gobierno no "cambia de rumbo y toma medidas contundentes" su partido acabará en una "catástrofe electoral". Además, dejó caer que si Zapatero no asomaba por Toledo y alrededores en la campaña de las próximas autonómicas, mejor. E insinuó que no debería repetir en las próximas generales.

Desde el PSPV, sin embargo, todas las fuentes consultadas por este diario cerraron filas con el presidente, en un momento de reconocido descrédito por las medidas anticrisis. El secretario general del PSPV, Jorge Alarte, afirmó: "No comparto lo que dijo Barreda. Es el momento de la unidad y la fortaleza. No es tiempo de debilitarnos; hay que arrimar el hombro junto al Gobierno y junto al presidente", apuntó Alarte.

La postura de apoyo a Zapatero es compartida por Ximo Puig, alcalde de Morella y referente del sector crítico con la dirección: "Es cierto que hay una gran preocupación en el ámbito local por la imagen de descrédito creada en torno a Zapatero, pero hay que analizar fríamente la situación". "La peor salida es la de Barreda", apuntó Puig, muy molesto con las declaraciones del presidente castellano-manchego.

Las palabras de Barreda pertenecen, según Puig, "a una escuela de insolidaridad grande. Hay muchos ejemplos desde hace años en Castilla-la Mancha [en referencia a Bono]. Y hay que buscar soluciones de complicidad positivas, no el sálvese quien pueda".

Frente a esto, Puig propuso: "Hay que reflexionar sobre la política económica, pero desde la tranquilidad, no desde el ventajismo". Y sobre la presencia de Zapatero en la campaña, Puig no hizo ascos: "Aquí estaríamos encantados de que viniera. En esta legislatura se ha invertido más que nunca en Morella".

Los trapos sucios, en el comité

Desde Alicante, la secretaria general y dirigente afín a Leire Pajín, Ana Barceló, aseguraba "no comprender las críticas: me parecen inaceptables". Además, consideró que la presencia de Zapatero es "un activo para el PSPV". "El Gobierno dedica todos sus esfuerzos contra la crisis", destacó Barceló.

El eurodiputado valenciano y portavoz federal de Izquierda Socialista, Andrés Perelló, también comparte las críticas a Barreda: "Algunos deberían ser más comedidos". "Me hubiera gustado escuchar en algún comité federal alternativas a las propuestas de Zapatero; entonces estaría capacitado para criticar. Cuando se está feliz en tiempos de vacas gordas hay que arrimar el hombro cuando vienen vacas flacas", explicó. Y sobre la visibilidad del presidente en la campaña para las autonómicas, Perelló apuntó: "Zapatero se puede pasear por la Comunitat Valenciana con la mirada alta y las manos limpias, más que Camps y muchos de los suyos", concluyó.

En línea parecida, el portavoz del PSPV en la Diputación de Valencia y uno de los referentes del partido en la capital, Rafael Rubio, incidió en las críticas sobre el castellano-manchego: "Lo que no me gusta de Barreda es que no lo diga en órganos de dirección. Lo que ha hecho es un flaco favor al partido". Para Rubio, es "el momento de apoyar a Zapatero", pero "no se puede negar la desafección en parte del electorado socialista". "No se han explicado bien las medidas económicas; ha fallado la pedagogía, porque algunas medidas son hasta dolorosas para el ideario socialista. Hay que seguir explicando", finalizó.