Un conductor ebrio estuvo a punto de provocar anoche una tragedia al causar el descarrilamiento de un tren de cercanías en Alboraia, tras abandonar su furgoneta sobre la vía en un lugar en el que no hay camino, ni paso de ningún tipo y que, además, estaba vallado. El accidente sobrevino en torno a las 20.15 horas de ayer, cuando el maquinista no pudo evitar el choque contra la Nissan Serena atravesada sobre la vía en el kilómetro 10,400 de la vía Valencia-Barcelona. El conductor, que no resultó herido, se bajó a tiempo del vehículo y se quedó cerca del lugar hasta la llegada de los servicios de emergencias.

El tren, de la línea C6 y que cubría el trayecto Castelló-Valencia con treinta pasajeros a bordo, según Renfe, embistió el vehículo, que quedó partido en dos: media furgoneta acabó bajo la locomotora y la otra media, estampada contra el pilar de un puente, según informaron fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, que tuvieron que emplearse a fondo para desincrustar el vehículo y permitir la reapertura de la vía.

La brutalidad del arrollamiento provocó que se saliera del carril el primer boje del primer coche. Las fuentes de Renfe dijeron que el accidente obligó a la compañía a habilitar un canal alternativo entre Puçol y la estación de la Fuente de San Luis, en Valencia.

Los treinta pasajeros del convoy, ninguno de los cuales resultó herido, fueron trasladados en un autobús hasta Valencia, su destino final. El tráfico ferroviario quedó parcialmente restablecido a las 21.45 horas, cuando se pudo abrir una de las vías.

Mientras, agentes de la Policía Local de Alboraia, en cuyo término municipal se produjo el accidente, sometieron a la prueba de alcoholemia al conductor de la furgoneta, un hombre de mediana edad, vecino de Nules.

Según las fuentes a las que ha tenido acceso Levante-EMV, los policías practicaron la prueba de alcoholemia al conductor de la Nissan Serena una hora después del accidente, esto es, pasadas las nueve de la noche, y aún así dio un resultado de 0,48 miligramos de alcohol por litro de aire expirado. El máximo legal permitido es de 0,25, y por encima de los 0,61 se convierte en delito y el conductor puede ser detenido.

Sin embargo, el hombre sí fue arrestado por un presunto delito contra la seguridad vial, entre otras razones, por acceder a la vía ferroviaria con su vehículo por un lugar no habilitado para ello, lo que acabó por dejar la furgoneta atascada sobre la vía y provocó el accidente. Para llegar a ese punto, se salió de un camino, atravesó la valla y se quedó varado sobre los raíles.