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La idea de suprimir las diputaciones provinciales es tan recurrente en la política valenciana como la legendaria ley de comarcalización. A la hora de la verdad, ningún partido se ha resistido a la tentación de utilizar en clave orgánica las posibilidades que ofrecen estas instituciones. Pero la crisis acabará por provocar una reconversión a la fuerza de la Diputación de Valencia. La depresión económica, con la consecuente caída de la recaudación tributaria, y la "nefasta gestión y la ineptitud de Zapatero", según Alfonso Rus, al calcular las transferencias de recursos desde el Estado han provocado la asfixia de la corporación.

Le inyectan dinero que gasta y "una vez gastado y repartido nos piden que devolvamos el 30% que ya no tenemos", lamentó Rus. Y ello porque el saldo entre lo que corresponde recibir de Madrid y lo transferido en función de las previsiones -lo que determina el presupuesto- acaba siendo negativo. En las anualidades de 2008 y 2009, se han recibido 154 millones de más, que deberán devolverse al Estado en cinco años. Por todo ello urge, según Rus, "apretarse el cinturón" y "adecuar el presupuesto a la realidad". "Si no es así, esto no puede funcionar", confesó el presidente de la diputación.

Su primera actuación será encargar un "estudio a conciencia sobre lo que sobra". Esto es, "gastos suntuarios y competencias que a nosotros no nos tocan pero las tenemos en educación, cultura o sanidad". "O se transfieren o se liquidan", apostilló. Al Consell de Francisco Camps vino a trasladarle el mensaje de que el dinero tira más que el carné del partido.

El también presidente provincial del PP expreso el hartazgo de seguir manteniendo servicios propios de la Generalitat. Y citó varios ejemplos. El centro de salud mental de Bétera tiene "ochenta y pico empleados, mas los pacientes y la diputación está asumiendo el 100% del coste". Algunas escuelas de adultos (EPA), la escuela de capataces de Catarroja o los 6 millones que aporta al consorcio de gestión del Hospital General fueron otras referencias en las que quiere soltar lastre presupuestario.

Ordena "apretarse el cinturón"

Le sobran también algunos kilómetros de carreteras. "Tenemos 2.000 kilómetros, somos la diputación que más tiene en toda España y es criminal lo que cuesta el mantenimiento", explicó en un desayuno de trabajo con los periodistas. Alfonso Rus también avanzó que pretende recortar el gasto corriente, que, según él, ya lo ha reducido un 15%. "He dado la orden a todos los diputados de que hay que apretarse el cinturón", dijo en presencia del diputado de Economía, Máximo Caturla, y buena parte de su gobierno. El PSPV sostiene que a 30 de diciembre ya se han gastado 313 millones cuando se presupuestaron 294 millones para todo el año 2010.

En su reflexión en voz alta, Rus comentó que habrá "menos trabajo" porque el presupuesto baja y las competencias también. "Si sobra personal, pues sobrará", proclamó. De hecho, recordó que ya se ha reducido un 18% la plantilla, que ha pasado de 1.667 a 1.366 trabajadores. Entiende que la diputación debe redimensionarse para ceñirse exclusivamente a "mantener las inversiones y ayudar a los ayuntamientos".

Al renegar de aquellas competencias duplicadas, el máximo responsable de la diputación abrió implícitamente un debate más amplio que atañe al sentido de la institución. Es el debate. Porque si la Conselleria de Educación puede asumir escuelas de formación quizás la de Cultura podría tener un programa como el SARC para que el teatro o la música llegue hasta el último municipio. La carretera podría ser asumida por Infraestructuras, las gogós y el concurso de DJ por Cultura y los bailes para la gente mayor, por Bienestar Social.