Diez años de reivindicaciones para que llegue el AVE dan para mucho. Por eso, el empresario y presidente de Pro-AVE, Federico Félix, contó ayer una anécdota inédita, de esas que se pueden contar con el paso del tiempo, en la conferencia inaugural de los máster universitarios del Instituto de Estudios de la Empresa de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir. "La defensa del tren de alta velocidad a través de Pro-AVE ha sido un asunto de gran complejidad, con trampas, peligros y sinsabores. A algunas reuniones íbamos con paracaídas porque había gente que nos empujaba... Pero al vacío", confesó Félix a los alumnos del máster. "Hubo incluso un ministro que nos echó del despacho porque defendimos, con razones y documentos, que el AVE a Valencia era más rentable" que el de otra ciudad.

Aunque más allá de las ventajas de la infraestructura, Félix quiso destacar que la defensa de la alta velocidad supuso la unión de 1.500 empresarios entorno a la Fundación Pro-AVE, lo que ha supuesto "una de las escasas alianzas que ha unido a Castelló, Valencia y Alicante, que vivían de espaldas unas a otras" y que demuestra que "cuando se quiere algo y se unen fuerzas se consigue".