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La remodelación del Gobierno aprobada por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, reduce el «poder valenciano» a la mínima expresión, con la única presencia de Leire Pajín en el Ejecutivo central como nueva titular del macroministerio de Sanidad, Igualdad y Política Social aunque con una evidente pérdida de peso político tras su salida de la secretaría de organización del PSOE. «Es una patada hacia arriba», comentaban ayer sin ambages diputados socialistas en los pasillos de las Corts. La marcha de la primera línea política de Mª Teresa Fernández de la Vega, cabeza de cartel por Valencia en las últimas elecciones generales de 2008 tras haber sido la persona de confianza de Zapatero en la primera legislatura y parte de la segunda, supone la pérdida de un referente valenciano en Madrid, si bien a medida que fue avanzando la legislatura se fue distanciando de los asuntos de la Comunitat.

El contraste con los tres ministros valencianos que llegó a haber es evidente. El primer Gobierno de Zapatero en 2004 partió con De la Vega de vicepresidenta primera; Pedro Solbes, vicepresidente segundo y titular de Economía; y Jordi Sevilla, Administraciones Públicas. En 2007 salió Sevilla pero entró Bernat Soria en Sanidad. Tras los comicios de 2008, repitieron los tres, pero en abril de 2009 perdieron la cartera Solbes y Soria. Con todo, De la Vega siguió como vicepresidenta primera y pieza clave del Gobierno.

De la Vega, nacida en Valencia, reivindicó sus lazos familiares con la Comunitat Valenciana para hacer valer su liderazgo en la candidatura para las generales en 2008. Sin embargo, la denuncia del PP sobre el empadronamiento en Beneixida, que los populares consideraron ilegal, para poder votar en esta localidad valenciana le amargó la primera etapa de la legislatura. De la Vega hasta denunció al cabeza de lista del PP por Valencia, Esteban González Pons, por intromisión en su derecho al honor pero sólo consiguió alargar la polémica para acabar perdiendo el pleito. La ex vicepresidenta primera intentó ejercer multiplicando sus visitas a Valencia, asumiendo la «presidencia» del grupo de diputados valencianos y hasta creando una oficina parlamentaria en la sede del PSPV de Blanquerías pero fue acogida por el Consell y el PPCV —que la veían como un adversario temible a batir, dada la excelente imagen que tenía, en ocasiones mejor que la del propio Zapatero— con extraordinaria belicosidad. Tanto que los populares hasta forzaron en febrero de 2009 su reprobación en el pleno de las Corts Valencianes al atribuirle una posición sobre el Tajo-Segura, curiosamente, similar a la de la propia secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

El hostigamiento de los populares surtió efecto y De la Vega acabó viendo cada vez más incómodas unas visitas a Valencia que se fueron alargando en el tiempo. La actitud del PP pero también sus choques con el PSPV dirigido por Jorge Alarte desde septiembre de 2008. Muchos responsables socialistas pensaban entonces que Alarte debía asumir la delegación del Gobierno en la Comunitat, lo que le habría otorgado una proyección pública y un cargo de primera línea como el del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, pero la vicepresidenta no le dio ninguna opción y mantuvo a Ricardo Peralta, de su absoluta confianza, y al que había designado en mayo.

Marga Pin y Manuel Civera

El escaño que deja María Teresa Fernández de la Vega —el puesto en el Consejo de Estado es incompatible con el acta de diputado— lo ocupará Margarita Pin Arboledas. Pin figura en el puesto número nueve de la lista electoral del PSPV por Valencia. Pertenece a la ejecutiva comarcal del Camp de Morvedre. Fue diputada a Cortes por la provincia de Valencia en las elecciones generales de 1996, 2000 y 2004. Es la tercera vez que entra de rebote, al correr la lista por renuncias. Además, curiosamente es tía del juez Jacobo Pin, que instruye en estos momentos el caso Fabra en Nules.

Podría no ser el único movimiento hasta el final de la legislatura, ya que otro parlamentario por Valencia, Joan Calabuig, quien ganó las primarias del PSPV a la alcaldía de Valencia, tiene previsto dejar el acta tras los comicios cuando el partido se lo indique. En ese caso, entraría Manuel Civera, alcalde de Alcublas. A diferencia de la presidencia del grupo valenciano (para la que no se designará sustituto), se tendrá que elegir un nuevo coordinador en Madrid.

Peralta se queda políticamente aislado ante Blanquerías

La salida de De la Vega de la primera línea deja varios «huérfanos» políticos en la Comunitat Valenciana, especialmente el delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, una apuesta personal de la ex vicepresidenta primera, al que mantuvo en septiembre de 2008 pese a las pretensiones de Blanquerías de aupar a ese cargo al nuevo secretario general, Jorge Alarte, para darle una proyección pública. Las relaciones entre Blanquerías y el Palacio del Temple han sido muy distantes y, en los últimos tiempos, casi inexistentes. Ayer, dirigentes del PSPV volvían a plantear la conveniencia de un cambio en la delegación del Gobierno, en el marco de un plan más amplio para pelearle al PP la Generalitat, al tiempo que mostraban su asombro al considerar que, pese a los esfuerzos de Peralta, resulta increíble que el PP haya instalado la idea de la marginación de la Comunitat en la etapa de mayor inversión del Estado. Otros responsables, en cambio, estimaron improbable un cambio en la delegación. Otra apuesta de De la Vega en las listas por Valencia de 2008, el periodista Ferran Bono, queda ahora también en el aire.