La primera mujer que ha alcanzado la presidencia del TSJ de Valencia hizo una declaración institucional durante un minuto y veinte segundos tras la que no admitió preguntas. De la Oliva, que durante la mañana recibió en su despacho decenas de felicitaciones de jueces y fiscales, expresó su intención de lograr un sistema judicial "creíble, de calidad, transparente y eficaz. Quiero que los ciudadanos consideren la Administración de Justicia como una institución a su servicio y que puedan confiar plenamente en ella. Éste va a ser mi empeño".

De la Oliva, que despierta una gran simpatía entre los jueces y fiscales, explicó que concibe la presidencia como "un equipo en el que estamos llamados a desempeñar un papel importante". La magistrada manifestó que accede al cargo "con muchísima ilusión y ganas de aportar" su trabajo. La nueva responsable del TSJ se mostró convencida de que tendrá la colaboración de "los jueces, fiscales, magistrados, secretarios, funcionarios, abogados, procuradores, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y todos los que forman parte" de los juzgados. "Me gustaría contar con la colaboración de los medios de comunicación a los que considero intermediarios", añadió. Pilar de la Oliva quiso tener un recuerdo "muy afectuoso con Juan Luis de la Rúa".

La juez llega al TSJ en un momento en el que el tribunal debe decidir si abre juicio oral contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y varios altos cargos del Gobierno valenciano y del PP por el caso Gürtel.

Pilar de la Oliva, valenciana de 54 años, ingresó en la carrera judicial tras licenciarse en Derecho. Sus primeros destinos como juez de primera instancia e instrucción fueron los juzgados de Calamocha (Teruel) y Lliria. Tras ascender a la categoría de magistrada, ejerció en juzgados de Mataró (Barcelona) y Castelló. En 1996 fue nombrada titular del juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, donde ha permanecido 13 años.

La magistrada lleva al día su juzgado a pesar de la saturación que sufren los magistrados valencianos por la falta de medios y de personal. El punto débil de la juez en el proceso de selección fue un apartado de las bases del Consejo General del Poder Judicial que establece que tienen preferencia aquellas personas que han estado en algún órgano de gobierno. De la Oliva ya explicó hace un mes que este requisito no le preocupaba porque consideraba que el Poder Judicial elegiría al mejor candidato. En la entrevista de selección indicó que le había dado prioridad a su familia y que cuando vio que podía presentarse fue cuando lo hizo.

Recurso ante el Supremo

José Madaria, uno de los candidatos que no pasó el corte, ha presentado un recurso ante el Tribunal Supremo contra la terna de candidato en la que estaba De la Oliva al considerar que incumplía el requisito de haber formado parte de un órgano colegiado -una Audiencia Provincial- o de la sala de gobierno del TSJ. Madaria, que preside la sección séptima de la Audiencia de Alicante, apuntó ayer que no busca un enfrentamiento con el Poder Judicial, pero insistió en que debían haberse valorado los "méritos profesionales" de los candidatos que sí han pertenecido a una Audiencia.