El paleobiólogo de Pego, Joaquín R. Sendra, ha recuperado y catalogado un fósil de Ctenomorpho, "excepcional en España y que figura entre los diez únicos existentes en todo el mundo". Sendra define a estos pequeños animales marinos, conocidos vulgarmente como peines de mar, como "un superviviente nato, capaz de haber resistido grandes glaciaciones y cataclismos de la historia de la Tierra, para seguir nadando hoy en los mares del Planeta, entre ellos, el Mediterráneo".

Los Ctenomorphos, remarca el investigador de la Universitat de València, son "organismos animales marinos gelatinosos -incluso más que las medusas- de casi imposible fosilización y que se han encontrado en menos de una decena de yacimientos excepcionales de todo el mundo". Su cuerpo está compuesto "de un 95% de agua" y de ahí "su rareza en el registro fósil" subraya. Son tan singulares, añade, que es probable que se haya descubierto "un nuevo fósil hasta ahora desconocido".

Las primeras formas se conocen en Burguess Shales, en la Columbia Británica. En este yacimiento de hace más de 600 millones de años y que es Patrimonio de la Humanidad por sus características aparecieron los primeros ejemplares. Estos animales representan "a un grupo de los incipientes seres pluricelulados organizados de la evolución en nuestro planeta, y han sobrevivido a las numerosas extinciones masivas de la Tierra", comenta el investigador.

El fósil español encontrado es del Plioceno inferior (unos 4 millones de años), y la localización del yacimiento es reservada para evitar su expolio. Ha preservado las partes más endurecidas que son las placas de peines que les sirven se aparato locomotor, así como el contorno del cuerpo. Concretamente se cuentan 8 bandas de cilios o "peines" en el fósil estudiado, apunta el paleontólogo. Esta conservación se produjo en un medio marino con características muy especiales que en terminos comunes se podrían definir como una "salmuera" natural, y que en terminología técnica se define como Konservat Fossil-Lagerstätte. Los peines son cilios (pequeños látigos) cuyas ondulaciones impulsan el cuerpo de estos curiosos animales.

Una morfología sencilla

Los Ctenophoros poseen una morfología anatómica aparentemente sencilla, lo que los ha permitido vivir más de 600 millones de años y seguir poblando los mares y océanos del mundo. El cataclismo que sacudió el planeta en el cambio Pérmico (Era Primaria) con el Triásico (Era Secundaria) provocó la desaparición de entre un 95% y un 98% de la vida en nuestro planeta. Sin embargo, con estos seres parecidos a las medusas no pudo.

Seres carnívoros, pequeños, luminosos

y hermafroditas

Estos animales carnívoros-que se alimentan de animalillos marinos microscópicos- presentan una característica especial: emiten ráfagas de luz de diferentes ondas. Esto se ha interpretado como un código de reconocimiento entre ellos para sus funciones de apareamiento y/o atracción de presas. Son hermafroditas pero para reproducirse necesitan intercambiar sus gametos con otro pues no se pueden autofecundar. En las playas mediterráneas actualmente se pueden ver algunos, y ese movimiento hace brillar con colores irisados estas líneas, lo cual explica su nombre popular de "peines del mar". Los hay de muchas formas diferentes, desde cintas aplanadas hasta como pepinillos pequeños. Algunos tienen colas y otros no. El fósil español se encontró en unos niveles fosilíferos de unos 4 millones de años, y por el momento parece que pertenece a una de las formas globosas alargadas.

El paleontólogo Ximo Sendra remarca que no se tiene conocimiento de que haya aparecido otro fósil como este "en España". De momento se recopila información desde la Universitat de València aunque como ya se ha subrayado, "estos fósiles se han encontrado menos veces que dedos tenemos en nuestras manos", concluye.