Los problemas financieros que están teniendo algunas conselleries para sufragar los gastos del correo mantiene paralizadas miles de notificaciones de la Administración a los ciudadanos sobre temas tan sensibles como los tributos y las situaciones de dependencias. En concreto, fuentes de la Federación de Servicios Públicos de la UGT indicaron a Levante-EMV que sólo en el apartado de reconocimiento de minusvalías existen en la actualidad unas 4.300 notificaciones bloqueadas en la dirección territorial de Servicios Sociales dependiente de la Conselleria de Bienestar Social. De estas cartas, alrededor de 1.200 son nuevos reconocimientos de minusvalía, mientras que el resto son contestaciones a revisiones o respuestas negativas.

Sus destinatarios, sin embargo, desconocen qué resolución ha adoptado la Administración respecto a sus peticiones, por lo que mientras no les llegue la comunicación oficial no podrán beneficiarse de las ayudas o prestaciones que conlleva el reconocimiento de minusvalía. Esta es una de las repercusiones directas que está teniendo para los ciudadanos el conflicto entre la Generalitat y Correos que dura ya quince días.

El organismo estatal se ha negado a seguir prestando su servicio a algunos departamentos de la Administración hasta que no salden su deuda, que en algunos casos se remonta a inicios de 201o. En una circular desvelada hace dos semanas por el grupo Compromís la dirección territorial de Correos ha trasladado la orden de que sólo se preste servicio previo pago. Los principales problemas se están dando en el departamento de Economía y Hacienda, y en Bienestar Social. Tal como informó ayer este diario la situación es tal que los responsables de varias direcciones generales han optado por usar los coches oficiales para llevar de un lugar a otro las comunicaciones internas del Consell, al tiempo que han encomendado a los subalternos las gestiones de correo más urgente. A estos funcionarios se les da dinero al contado para que compren los sellos y acudan, bien en su coche particular, bien en taxis, a los lugares de destino de la notificación correspondiente. Sin embargo, según fuentes sindicales, en algunos centros de trabajo están teniendo dificultades incluso para disponer de dinero líquido para la compra de sellos. La picaresca ha llevado a algunos centros administrativos a derivar sus comunicaciones a otros departamentos que no tienen problemas con Correos para que sean ellos los que sufraguen la factura de los sellos. El Servef, por ejemplo, ha remitido oficios al registro de entrada del edificio Prop I vía valija, es decir, vía coche oficial, para que este centro, donde sí está funcionando el servicio de correos, lo remita a su destino.

El portavoz socialista en Les Corts, Ángel Luna, se preguntó ayer irónicamente si el futuro pasa por que las notificaciones de la Generalitat "se repartan en Ferrari", en alusión a las negociaciones que está llevando el Consell para instaurar un parque temático en la Comunitat Valenciana.