La tradición catalana de los castells, con más de 200 años de antigüedad y con su origen en la Muixeranga de Algemesí, fue declarada ayer Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Ésa fue la noticia. Pero lo realmente extraordinario fue que en el inicio de la reunión que iba a pronunciarse al respecto, celebrada en Nairobi (Kenia), el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Unesco leyó una inesperada carta dirigida por el Grup d´Acció Valencianista (GAV) en contra de los castells.

La misiva del colectivo anticatalanista alertaba del «desamparo» de los menores que participan en estas torres humanas y aludía a las muertes de esta «peligrosa tradición» «lesiva para el menor». Por todo ello, el GAV reclamaba a la Unesco «que se rechace la candidatura de los castells» y «que se defienda el derecho del niño a no realizar dicha actividad perjudicial a su salud, frente al ánimo de sus padres de elevar su ego a través del esfuerzo y riesgo de su hijo». Estos mismos argumentos podrían ser utilizados contra la Muixeranga el próximo otoño, cuando la Unesco examinará a la fiesta mayor de Algemesí y decidirá si la incluye entre el patrimonio inmaterial de la humanidad.

El intento de boicot perpetrado por la organización del valencianismo tricolor no surtió efecto. Sin embargo, sí que descolocó a la delegación catalana desplazada a Nairobi y despertó reacciones del Govern antes de la evaluación definitiva. En el turno de réplicas, la directora general de Bienes Culturales de la Generalitat de Catalunya, Ángeles Albert, reclamó al comité de la Unesco que retirase la carta del GAV.

La cuestión más enigmática es saber cómo y por qué una crítica del GAV a los castells de Cataluña fue recogida por la Unesco en Nairobi. La incógnita la desveló ayer, en declaraciones a este diario, el presidente de la organización anticatalanista, Manuel Latorre. Según explica Latorre, unos miembros de las juventudes del GAV viajaron a Nueva York el pasado verano y presentaron la carta contra los castells en el registro de entrada de la Unesco. Los responsables creían que su denuncia, como tantas otras que recibe el organismo, caería en saco roto. De hecho, para el mismo Manuel Latorre fue «una sorpresa» que se leyera la carta en Nairobi.

Hasta ahí el cómo. ¿Pero por qué actuó el GAV? El argumento oficial lo recoge la carta: los derechos de los niños. Pero hay otro motivo de fondo. Según detalla el presidente del grupo valencianista, la denuncia a la Unesco «forma parte de una campaña de respuesta a la constante injerencia de Cataluña en los asuntos culturales y lingüísticos valencianos. Eso es lo que nos da legitimidad para haber actuado ante la Unesco».

La concejal de Turismo de Algemesí, Rosa Sebastià (PP), lamentó la carta del GAV porque «ayudar, desde luego que no ayuda» a la Muixeranga para ser patrimonio de la humanidad. El presidente del GAV afirmó: «No queremos perjudicar ni a Algemesí ni a la Muixeranga, pero si también allí hay riesgo para los menores, no tendrán más remedio que limitar la participación de los niños o introducir medidas de seguridad».

La declaración de los «castells allana el camino» a Algemesí

La declaración de los «castells» catalanes como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, efectuada por la Unesco pese al obstáculo preparado por el GAV, alimentó ayer en Algemesí la esperanza de que la Muixeranga y los bailes que acompañan a la Mare de Déu de la Salut cada 7 y 8 de septiembre alcancen este año la misma consideración internacional.

La concejal de Turismo de Algemesí, Rosa Sebastià (PP), afirmó ayer que el éxito de los castells catalanes «allana el camino» a la fiesta de la Ribera. Su razonamiento es contundente. En primer lugar, «los castells, como los mismos catalanes reconocen, proceden de la Muixeranga de Algemesí, ya que jornaleros de nuestro pueblo exportaron a Tarragona esta tradición».

En segundo lugar, añade la concejal, «nosotros proponemos a la Unesco que declare patrimonio de la humanidad no sólo el baile de la Muixeranga [y su torre humana], sino todo el conjunto de la procesión de la Mare de Déu de la Salut» Es decir: «els bastonets, el ball de la carxofa i arquets, les pastoretes, el bolero, els tornejants…». Por tanto, concluye Rosa Sebastià, «si la Unesco ha reconocido un baile, ¡cómo no se va a reconocer todo el conjunto!», afirma.

Sobre la denuncia que el GAV ha tramitado ante la Unesco, la edil de Algemesí confía en que «no tenga efecto» ni repercusiones negativas para el futuro de la Muixeranga. «En nuestra fiesta, todo el pueblo forma una piña y nadie llega a caer al suelo porque siempre hay alguien para recogerlo. También los niños pueden lesionarse jugando a fútbol o a balonmano», agregó.

El GAV, en la misiva leída ayer en la reunión de la Unesco, advierte que la participación de niños en las torres humanas catalanas les ocasiona a veces «daños irreversibles, que llegados a la madurez se convierten en miedos a la altura, fobias o incluso esquizofrenias temporales». El GAV también alude a las ocasiones en que se ha visto «llorar» a niños mientras subían a coronar el «castell». Ante ello, invocan la Declaración de los derechos del niño para que se prohíba la participación de menores en los castells. p. cerdà valencia