La finca agrícola más grande que existe en la Comunitat Valenciana está enclavada en la Ribera. Es la del Realenc y sus 30.000 hanegadas de plantaciones de naranjos y monte bajo se extienden por cinco términos municipales: Rafelguaraf, Carcaixent, Barxeta, Xàtiva e incluso Simat y tres comarcas. Es un enclave de gran relevancia histórica cuyos orígenes se remontan a la donación del Rey Jaime I a una orden religiosa, que mantuvo la propiedad hasta la primera desamortización del XIX.

El terreno perteneció durante la mayor parte del siglo XX a la familia Oriol y Urquijo, que alcanzó grandes parcelas de poder durante el franquismo y fue uno de los pilares sobre los que se levantó la congregración ultraconservadora de los Legionarios de Cristo. La familia Oriol, emparentada con los marqueses de Urquijo, reunió un amplísimo patrimonio por toda España. Promotores de Talgo y fundadores de Iberdrola, gestionaron la finca hasta mediados de los 90, pero la vastísima parcela cayó en estado de semiabandono. Los Oriol nunca destacaron por sus dotes en la gestión agrícola.

La finca es hoy propiedad de la empresa Explotaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias Alavesas SA, la misma que la compró en los años 50 del siglo pasado y cuyo control permaneció en poder de los Oriol y Urquijo hasta agosto de 1995. El administrador único hasta entonces fue Antonio María Oriol Díaz Bustamante, hijo del ex ministro de Justicia de Franco en 1965, Antonio María de Oriol.

El accionista mayoritario de la empresa es hoy la firma Cañamás Hermanos que controla el 100% de las acciones de la SA.

Con la gestión de la familia valenciana, el enclave, conocido también como el Pinar dels Frares, ha recuperado todo su esplendor y hace frente a la crisis del sector con la modernización y el cultivo intensivo. El Realenc es una sucesión de naranjos hasta que se pierde la vista que, según la temporada, puede producir 20 millones de kilos, según explica, Jorge Cañamás.

Cuando los Cañamás asumieron la gestión tuvieron que arrancar prácticamente el 80% de los árboles. Los nuevos administradores cambiaron los antiguos métodos de riego a manta y miniaspersores y apartaron la tecnología obsoleta. La transformación dio sus frutos y el uso de modernas tecnologías aplicadas al riego, la plantación de nuevas variedades y una gestión radicalmente distinta han permitido recuperar la finca, cuyo cultivo permite 30.000 jornales al año, además de crear decenas de puestos de trabajo.

Las cosas habían comenzado a ir mal para los Urquijo a finales de los 80. La gestión, que durante años habían llevado desde Rafelguaraf, pasó a manos de uno de los hijos y tuvieron que vender 200 hanegadas para obtener liquidez, recuerda el alcalde de Rafelguaraf, Federico Tormo. Aunque históricamente vinculada a esta localidad, donde decenas de vecinos han trabajado durante años en el mantenimiento de la finca, el Pinar dels Frares es una enclave del término municipal de Xátiva a modo de isla dentro de la Ribera Alta y a un paso de Carcaixent, Barxeta o Simat. "La contribución la paga en Xàtiva, pero es el Ayuntamiento de Rafelguaraf el que arregla los caminos", asegura el alcalde Tormo, quien explica que han llegado a trabajar 60 vecinos del pueblo en la finca.

Los Oriol buscan su patrimonio

El patrimonio de los Oriol y Urquijo ha vuelto al primer plano de la actualidad. La familia busca su herencia por toda España, especialmente el patrimonio que cedió al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, aunque la finca de Rafelguraf no figura entre las riquezas que acaparó la organización integrista.

Los herederos, la mayoría de los cuales ofrecieron su patrimonio a la legión quieren recuperarlo después de anunciar su salida una vez que la congregación reconociera hace unos meses la pederastía, el abuso de seminaristas, la adicción a las drogas y la vida de excesos del cura Maciel, quien dirigía una de las órdenes más conservadoras dentro de la Iglesia.