­A 31 de diciembre de 2009, el agujero de la Sanidad valenciana, entre los gastos reconocidos a esa fecha pendientes de imputar a futuros presupuestos y las facturas no reconocidas, se elevaba a nada menos que 2.505,9 millones, según revela el informe de la Sindicatura de Comptes. De este importe, 1.543,3 millones corresponden a los acuerdos del Consell de reconocimiento de deuda y aplazamiento de su pago en los ejercicios 2010 a 2017. El Ejecutivo da por resuelto el problema con la asunción de estos débitos pero, lógicamente, el hecho de que dejen de estar escondidos no significa que no haya que abonar estas obligaciones. Pero además, al cierre de 2009 se habían acumulado 962,6 millones en facturas en los cajones (gasto no reconocido al no tener presupuesto para pagarlo) a imputar también en años posteriores.

Con todo, de éstos, en el primer trimestre de 2010 se asumieron y se pagaron 290,5 millones correspondientes a la factura de farmacia de noviembre y diciembre de 2009. Un año más, el Síndic achaca el problema de las facturas en los cajones, entre otras causas, a «los problemas estructurales derivados de una financiación insuficiente del sistema sanitario valenciano, no ajustada a la realidad demográfica actual».

1.510 euros por valenciano

En alegaciones, explica el Síndic, el Consell aportó varios informes para justificar que el problema del gasto sin cobertura presupuestaria es el déficit de financiación desde 1999. La prueba de ello, según el Ejecutivo, es que «aunque la Comunidad Valenciana es la comunidad que mayor porcentaje de recursos dedica a la Sanidad (40,2% del presupuesto total de la Generalitat en 2011), la cifra de gasto sanitario per cápita es la más baja de todo el Estado (1.150 euros por persona según presupuestos iniciales de 2010)».