El Boletín Oficial del Estado (BOE) dio ayer luz verde a la búsqueda de petróleo en la costa valenciana. De esta manera, hoy entra en vigor la orden que permite a la multinacional Cairn Energy —a través de sus filiales Medoil y Capricorn— iniciar la prospección de hidrocarburos en aguas del golfo de Valencia.

En total, la compañía especializada en la investigación petrolífera que ya perfora en India, Túnez, Groenlandia, actuará en cinco proyectos ya aprobados en las costas de la C. Valenciana: Albufera, Benifaió y Gandia, frente a la costa de Valencia; Altamar 1 y Altamar 2, situadas entre la C. Valenciana y las Islas Baleares. La superficie global de estas actuaciones asciende a 396.900 hectáreas, repartidas entre las 238.140 de las tres primeras y 158.760 de los proyectos para la zona de Alta mar. El conjunto de estas actuaciones —más otra bautizada como Polifemo y aún pendiente de su aprobación— costará a la empresa más de 82 millones de euros.

Los plazos con los que cuenta Cairn Energy para llevar a cabo estas prospecciones es de seis años. Sin embargo, será a partir del quinto cuando se puedan observar plataformas de búsqueda de petróleo en las zonas de trabajo.

Así, Cairn Energy podría iniciar sus primeros trabajos en la C. Valenciana en las próximas semanas. La compañía, que confirmó hace unas semanas a través de su portavoz en España su interés «intacto» por las prospecciones en la plataforma marina valenciana «desveló» ayer sus intenciones mediante la publicación el BOE del calendario de actuaciones en el golfo de Valencia.

Cairn Energy tiene previsto realizar diversos trabajos en el mar situado frente a las costas de la C. Valenciana en los que está dispuesta a arriesgar 82,4 millones de euros de sus accionistas, una prueba del interés que tiene la compañía y de que no existe afán especulador en su planificación.

Seis años, seis sondeos

Según publica el BOE, la compañía escocesa tiene previsto el desarrollo simultáneo de los trabajos en los dos bloques solicitados al Gobierno de España.

En el primero, el más próximo a las costas valencianas y el más antiguo en orden de solicitud, Medoil proyecta iniciar con carácter inmediato la investigación sobre las 238.140 hectáreas de plataforma marina correspondientes a los permisos denominados Albufera, Benifaió y Gandia. Según el calendario previsto por la compañía, en el primer año sus especialistas se dedicarán a recopilar toda la información «sísmica, magnética, gravimétrica, de sondeos y geológica, no solo dentro de los permisos, sino también de toda la que sea relevante para estudios regionales, incluyendo datos de satélite y geología de las zonas terrestres vecinas a los permisos».

La compañía digitalizará toda la información disponible de anteriores campañas, tanto de las realizadas por otras empresas especializadas como por organismos científicos españoles. De este modo se garantizar la revisión de los datos de acuerdo a las últimas tecnologías y al «conocimiento» adquirido por Cairn en sus campañas. En esta fase habrá también una campaña geológica en tierra para identificar afloramientos costeros de posibles «rocas madre» y almacenes o trampas, acompañados de un «modelado químico» que determine la posible evolución y si la roca elegida puede haber formado ya o no petróleo.

Finalmente y siempre dentro de esta misma fase, que dura dos años, se realizarán los estudios ambientales previos a la «adquisición sísmica», que se realiza con buques especializados en el lanzamiento, recogida y posterior procesamiento de señales acústicas. Se trata de una fase con potencial impacto sobre especies como las ballenas, delfines y otras especies que requiere de un estudio ambiental previo y de planes de gestión con medidas preventivas.

Esta fase del programa, común a los premisos de Albufera, Benifaió y Gandia y a los situados en Altamar I y II, que añaden 158.760 hectáreas al área de investigación, tiene un coste relativamente modesto de 250.000 y 160.000 respectivamente euros para cada una de las zonas.

El tercer y cuarto año de la investigación son eminentemente de laboratorio y sirven para procesar toda la información y elegir los lugares más favorables para un sondeo. Es en este momento donde la empresa y sus especialistas empieza a arriesgar de verdad en la aventura del petróleo y donde las decisiones se tornan más difíciles. Se trata de elegir cuidadosamente el lugar del primer sondeo y acompañarlo de los estudios ambientales previos, incluyendo: análisis de impacto ambiental, plan de gestión con medidas preventivas y plan de contingencias para los posibles impactos que se podrían producir. El compromiso inversor de Cairn Energy para estos dos años asciende a 5 millones de euros para el bloque más próximo a la costa y de otros cinco millones para el área de Alta Mar. Es en esta fase también cuando se realizarán las campañas sísmicas en el mar, previa autorización ambiental.

La realización del primer sondeo, prevista para el quinto año, persigue la búsqueda del petróleo, pero también está dirigida a la confirmación de lo que los estudios previos habían previsto para esa zona. Aquí, el coste y el riesgo se dispara, con 12 millones presupuestados para Altamar I y II y otros tantos para el sondeo que se realizará en el permiso Albufera o en los aledaños Benifaió y Gandia.

En el sexto año de la campaña, Cairn Energy propone poner toda la carne en el asador mediante la realización de cuatro sondeos marinos, dos en cada uno de los permisos de investigación y que tienen un coste, siempre hablando de mínimos, de 24 millones de euros para cada una de las zonas. La culminación de estos trabajos permitirá saber finalmente si la plataforma marina valenciana alberga o no el tesoro del «oro negro», que en los últimos días ha vuelto a superar el listón de los 100 dólares el barril y que todavía puede subir en los próximos días.

Cairn Energy, que negocia en las últimas semanas la venta de su negocio en la India, concentra sus esfuerzos en Túnez y sobre todo en Groenlandia, donde ha obtenido financiación para perforar dos nuevos pozos, para los que ha alquilado dos buques especializados en estas tareas. La empresa estaba esperando a la publicación de los permisos en el BOE para dar los primeros pasos. De hecho, el anuncio del Consejo de Ministros por el que se autorizaban los permisos no ha sido incluido todavía en las comunicaciones de la empresa, que cotiza en bolsa. En los próximos días, Cairn podría «aterrizar» en Valencia para dar a conocer su calendario e intenciones así como su «compromiso corporativo y medioambiental» con objeto de intentar diluir el rechazo que ha generado su proyecto en algunos sectores.