Greenpeace usó a una veintena de voluntarios como "escudo humano" para proteger a los tres activistas encargados de cortar la doble valla que protege la central nuclear de Cofrentes, en cuyo interior realizaron una acción de protesta el pasado martes.

En el asalto, los activistas provocaron heridas leves a uno de los vigilantes con una radial en marcha, según el testimonio del vigilante herido y el pate médico que figura en las diligencias judiciales abiertas por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de Requena.

Su relato desvela que a a la 6,45 horas fueron alertados por el centro de control del asalto y del lugar exacto. El herido acudió al lugar junto a su compañero de la patrulla exterior, donde un grupo "de unas 20 o 25 personas" ya había accedido al camino interior del primer vallado, sin entrar todavía a la "zona protegida".

Según este testimonio, tres activistas estaban cortando con una radial la segunda valla. Los vigilantes intentaron apartarlos de la alambrada, "momento en el que uno de ellos, al girarse con la radial en marcha me cortó en el abdomen", refiere.

Añade que inicialmente no noto nada, aunque posteriormente sintió "escozor". Los vigilantes, armados y con un perro amaestrado, lograron frenar esta primera intrusión mientras pedían refuerzos "que llegaron en muy poco tiempo".

Sin embargo, los activistas rodearon con un escudo humano a los portadores de la sierra radial impidiendo actuar a los guardias . Los miembros de Greenpeace lograron cortar la segunda valla y colarse por el agujero camino de las torres de refrigeración, de 115 metros de altura, a donde subieron por una escalera exterior mientras el grueso de los asaltantes salía de la central.

Fue en este punto, según el relato, cuando se produjeron los forcejeos, "con caídas y golpes" en los que resultaron heridos algunos de los compañeros.

El testimonio desvela que en ese momento había ya en el lugar 10 agentes de seguridad y un hecho desconocido hasta ahora: uno de los perros pudo morder a una de las activistas de Greenpeace que pretendía acceder al interior de la central.

Según el parte médico, el agente sufrió una herida "sucia" de 7, 5 centímetros de longitud a la que no se aplicaron puntos para que drene los restos dejados por la radial.

Greenpeace pide al ministro que se retracte por acusarles de "violentos"

Greenpeace ha criticado que el Consejo de Seguridad Nuclear haya renovado la licencia de explotación de la central nuclear de Cofrentes hasta 2021, al considerar "demostrada" la falta de seguridad de la planta, tras la acción "pacífica" de la ONG el pasado martes, cuando varios activistas subieron a la torre de refrigeración y por los "gravísimos problemas" de la planta. El portavoz de la campaña nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, dijo que los activistas se "sorprendieron" de la "facilidad" con que se introdujeron en las instalaciones y que los equipos de seguridad "no se dieron cuenta de la presencia hasta que no desplegaron una pancarta". Bravo afirma que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, como la Delegada del Gobierno en Valencia, Ana Botella, "mintieron" al acusar a uno de los miembros de Greenpeace de amenazar a un vigilante con una radial. Bravo anunció que tomarán medidas legales para exigir al Gobierno que se retracte. Un juzgado de Requena dejó en libertad con cargos, entre ellos el de lesiones y daños, a 15 activistas y un fotógrafo que participaron en el asalto. El colectivo valenciano "Tanquem Cofrents" se sumó ayer a la petición de que el ministro "rectifique".