El trío de ases provinciales del PP -Alfonso Rus, José Joaquín Ripoll y Carlos Fabra- no se reunió hace cuatro días en Xàtiva, patria chica de Rus, para ocupar el vacío de poder dejado por un Camps un tanto paralizado por la convalecencia postoperatoria de la hernia discal y por sus problemas judiciales, sino para colaborar con el presidente. Así se destaca desde la plana mayor del PP, cuyos dirigentes subrayan que el jefe del Consell y el secretario general del partido, Antonio Clemente, entre otros, estaban al tanto del encuentro celebrado en la capital de la Costera a instancias de un Rus que cotiza al alza.

La división interna es, sin duda, uno de los factores que más penaliza en las urnas y de ahí que Rus convocara especialmente a un Ripoll que no ha sabido manejar con mano izquierda los diversos incendios del partido en una provincia de Alicante en la que, con Benidorm como icono de las fracturas, han proliferado las listas desgajadas del PP en municipios importantes como Xàbia.

Además de perder puntos Ripoll de cara a Génova, estos problemas internos han generado una imagen de división que debe restaurarse de cara al 22-M a juicio de una dirección popular que reprocha al presidente provincial alicantino cierta falta de compromiso a la hora de evitar fugas debido a que no tiene que pasar por la reválida de las urnas. Como tampoco, subrayan fuentes populares, su homólogos en las diputaciones de Valencia o Castelló. De los tres, Alfonso Rus es el único que se somete al veredicto ciudadano en su condición de candidato a revalidar la alcaldía de Xàtiva.