Tres apariciones del Ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, José Blanco, en los últimos meses; una de las últimas plazas a las que acudió, y por partida doble, la exvicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega, y, especialmente, la visita de muchos millones de euros de inversión del Gobierno. Gandia es, con Elx, la joya de una corona socialista que, en la Comunitat Valenciana, tiene, en cuanto a tamaño de las ciudades que gobierna, pocos diamantes.

Tras la pérdida de Torrent o Paterna, como plazas emblemáticas del otrora cinturón rojo, los socialistas han puesto todo su empeño en retener la ciudad que gobierna José Manuel Orengo, aquel por el que pocos daban un duro cuando sustituyó, en 2003, a Pepa Frau y, con el tiempo, se ha revelado como un alcalde con tirón. Orengo logró en 2007 doce concejales, uno menos que la mayoría absoluta, y gobierna merced a un pacto con el zaplanista Fernando Mut, quien, al ser defenestrado en el PP para colocar como candidato al campsista Arturo Torró -patrocinado por Alfonso Rus-, montó la llamada Plataforma por Gandia y logró dos ediles. El PP tiene 9 concejales y la coalición que lidera el Bloc, dos.

El 22-M el panorama pinta extremadamente reñido en la octava ciudad de la Comunitat Valenciana en número de habitantes (prácticamente 80.000) y una plaza que el PSOE y el Gobierno no han dejado de mimar. Han colgado las inversiones sobre dos perchas: el V Centenario del nacimiento de Francesc de Borja y la celebración de la Copa del América. El exministro Jordi Sevilla, delegado gubernamental para el evento náutico, impulso a Gandia y Castelló como subsedes. Y, al rebufo de esa cita, las inversiones en el acceso norte, el plan de usos del puerto o la ampliación de las instalaciones son algunas de las bazas electorales de Orengo, como la llegada del AVE.

Estos proyectos serán gestionado por un consorcio Ayuntamiento-Estado, que tiene entre sus deberes emblemáticos la construcción de un palacio de congresos, diseñado por Renzo Piano, cuyo presupuesto ronda los 50 millones de euros, y que forma parte de un complejo con hotel de lujo y ampliación de la marina. El presidente de Puertos del Estado, Fernando González Laxe, ha puesto todo su empeño -en línea con las directrices de su jefe, José Blanco- en impulsar esas iniciativas.

Gandia resulta paradigmática de cómo un candidato puede engordar unas siglas. El alcalde llega incluso a pedir prestados votos que en otras convocatorias van al PP. Así, en 2007, el PSPV logró en las municipales 14.745 sufragios, frente a los 12.229 que ese mismo día y en la urna autonómica cosecharon los socialistas en Gandia. Camps obtuvo 17.981, mientras que su candidato local, Arturo Torró, tuvo que conformarse con 11.482.

Parte de esa sangría popular en las locales y también una porción de votantes del Compromís a la Generalitat (Bloc y EU iban de la mano), que no secundaron a EU ni al Bloc en las locales, acabaron dando su apoyo a Orengo. Seguir alimentando la división del centro-derecha y desligar su campaña de las siglas PSOE y enfocarla en clave muy local es la estrategia de un candidato que empezó su campaña hace meses con los cafés con el alcalde, aprovechados para captar adhesiones a la plataforma "Gandia ens uneix", que reúne a un millar de vecinos, entre ellos personas conocidas de la vida asociativa local y algunos de perfil conservador. La mitad de esos "amigos" de Orengo participó en las primarias, junto a150 militantes socialistas. En los carteles de campaña aparecen varios de estos ciudadanos, en vez de Orengo, que no ocupará las vallas hasta la semana que viene.

Blanco apela a los indecisos para provocar el vuelco electoral

El ministro de Fomento, José Blanco, el líder del PSPV, Jorge Alarte, y el alcalde de Gandia, José Manuel Orengo, fueron los protagonistas de un mitin, en un abarrotado Teatro Serrano en Gandia, en el coincidieron en llamar a los ciudadanos a la movilización para propiciar el vuelco en la Generalitat. Orengo llamó a Blanco, "gran benefactor de Gandia" que "cada vez que viene, este candidato gana 500 votos". Blanco correspondió a las palabras del alcalde afirmando que "desde Fomento, ayudamos a quien más ayuda a Gandia". Como ejemplo de ese compromiso, el ministro puso la llegada del AVE a Gandia.

A diferencia del gobierno valenciano, Orengo "ha sabido aprovechar este tren de oportunidades", dijo. Blanco llamó a movilizarse a esa "mayoría silenciosa" que "no sale en las encuestas salvo bajo el epígrafe de 'indecisos'". "Aquí también hay una mayoría que está durmiente, y tenemos que decirle que despierte ya". Alarte apeló a la "dignidad y honradez de nosotros, los valencianos", para "frenar" el "despilfarro" y la "indecencia" del Consell de Camps.