El movimiento 15 de Mayo más allá de la crítica a los poderes establecidos, a las malas prácticas políticas y a los abusos de los mercados pretende "hacer reflexionar a la ciudadanía". La plaza del Ayuntamiento se ha convertido en un ágora griego donde los ciudadanos acuden fundamentalmente a dialogar. De esta manera los acampados han montado una oficina "infovoto" donde explican las posibilidades existentes en unas elecciones. Argumentan las ventajas e inconvenientes de acudir a votar, de hacerlo en blanco o incluso de abstenerse. Cada acción, o inacción, es puesta sobre la mesa con sus pros y sus contras.

En ese sentido, este movimiento no es abstencionista, aunque algunos de sus integrantes lo defiendan, si no que clama por una mayor participación política. Es más, entre sus críticas se encuentra el bipartidismo, la barrera del 5 % electoral para entrar a las Corts Valencianes o la contabilización por provincias que perjudica a los partidos minoritarios del Estado.

Sus integrantes más activos son correas de transmisión del pensamiento participativo. La acampada se ha convertido en una especie de oficina de información a donde los ciudadanos acuden a preguntar para decidir si se suman o no "al cambio de la humanidad".

En su decálogo la asamblea del pasado miércoles ironizaba sobre la "prisa de algunos" por formular protestas. "Nos piden propuestas quienes nunca las hicieron, nos piden programa político quienes se los saltaron sistemáticamente y nos piden trasparencia quienes nunca nos han contado nada", critican desde el movimiento 15-M de Valencia. Por ello anuncia que tienen "paciencia" y lo más importante, "no tenemos miedo".