El Partido Popular demostró ayer que sigue siendo imbatible en las tres diputaciones provinciales de la Comunitat Valenciana. El hundimiento socialista en el voto municipal y la fuga hacia las formaciones minoritarias Compromís y Esquerra Unida reforzaron la hegemonía de la formación de la gaviota en unas instituciones de elección indirecta cuyos escaños se obtienen a partir de aplicar la Ley D'Hondt por partidos judiciales en función de los sufragios locales.

El PP amplió representación en las tres corporaciones. En Valencia, Alfonso Rus presidirá una institución sin un incremento en el porcentaje de sufragios pero ganando un diputado que ha arrebatado al PSPV-PSOE por su desplome en el partido judicial de Valencia. Los socialistas se dejan dos escaños en este distrito tras bajar siete puntos que van a parar directamente a las formaciones minoritarias de izquierda, Compromís y Esquerra Unida. La formación que lidera Marga Sanz mantiene su sillón en la corporación, mientras que los econacionalistas irrumpen por primera vez en la Diputación de Valencia con un representante y alrededor del 9,5% de los sufragios. El resto de distritos no ha albergado sorpresas. El PP se ha vuelto a llevar los escaños únicos de Requena, Ontinyent y Sueca, decisivos para decidir la mayoría en el Palacio de Batlia.

En el resto de partidos judiciales se juegan dos escaños respectivamente que se reparten el PP y el PSPV, si bien los populares pueden presumir de haber superado en votos a los socialistas en todos ellos. De esta forma la Diputación de Valencia queda repartida de la siguiente forma. PP, 19 diputados; PSPV-PSOE, 10 escaños; Compromís, 1; y Esquerra Unida, un diputado. En porcentaje de voto global, el PP baja ligeramente un punto, los socialistas los ya mencionados siete puntos, mientras que Esquerra Unida logra superar el seis por ciento. Compromís se convierte en la tercera fuerza con casi el 9,5%.

También ha ampliado ventaja el PP en la corporación provincial alicantina. Gana un punto porcentual en porcentaje de voto municipal al cosechar más del 46%. Con esta subida la formación de la gaviota aumenta en tres escaños su mayoría hasta alcanzar los 20 sillones. El PSPV pierde lo que gana el PP y pasa de 13 a 11 escaños. La amplia victoria de Sonia Castedo en la ciudad de Alicante y el hundimiento socialista explica el crecimiento popular. Castedo ha ganado tres concejales respecto de 2007 y se sitúa cuatro ediles por encima de la mayoría absoluta. Esta ventaja deja en el aire la presidencia de José Joaquín Ripoll, que iba en la lista de Castedo con el también zaplanista Juan Zaragoza. La alcaldesa alicantina ya no necesita a Ripoll para gobernar en la ciudad, de forma que puede abrirse una batalla importante en el PP de las comarcas del sur si el presidente regional Francisco Camps opta por intentar relevar a Ripoll. Los ripollistas controlan partidos judiciales como el de Elda, donde han sido elegidas Adela Pedrosa y Milagrosa Martínez, las posibles aspirantes campsistas a la corporación provincial. Si no hay acuerdo interno, los ediles controlados por Ripoll pueden cerrar el paso a la dos para que no sean diputadas provinciales.

Las aguas no parece que vayan a revolverse internamente en el PP de Castelló. Se cumplirá el guión y Javier Moliner protagonizará el relevo de Carlos Fabra al frente de la institución provincial. Los populares de las comarcas del norte ganan dos escaños a costa de los socialistas, mientras que Compromís conserva el diputado provincial que ya obtuvo en 2007 el Bloc Nacionalista Valencià. Una vez más la omnipresencia de Fabra en la vida pública castellonense no ha hecho mella en el electorado. Los casos de corrupción de Fabra siguen sin restar soporte electoral a los populares. Al contrario, el PP incluso ha ganado dos puntos en porcentaje de voto municipal al rozar el 48%. Los socialistas, por su parte, pierden seis puntos.