La hemorragia en votos del PSPV en los resultados de las elecciones autonómicas del domingo se elevó finalmente a 154.094 sufragios, al pasar de los 838.987 cosechados por Joan Ignasi Pla en los comicios de 2007 a los 684.893 de la candidatura liderada por Jorge Alarte. El dato resulta devastador y supone que los socialistas perdieron en el conjunto de la Comunitat Valenciana el 18,4 % del respaldo logrado hace cuatro años.

Y eso que a la cita con las urnas acudieron 41.417 votantes más, la diferencia entre las 2.490.247 personas que emitieron su voto el 22-M y las 2.448.830 de 2007, con un incremento de la participación del 1,29 % (71,46 % frente a 70,17 %). La mayor afluencia a los colegios electorales no sirvió para maquillar la sangría, lo que implica que el PSPV, en comparación con el resto de partidos, a penas pescó entre nuevos votantes.

Paralelamente, el PP, pese a la amplia victoria alcanzada, también retrocedió respecto a los comicios de hace cuatro años, cuando logró 1.277.458 papeletas, frente a 1.208.603 del 22-M. La disminución es de 68.855 sufragios, un 5,4 % menos. El análisis de los resultados evidencia que la sangría del PSPV se la reparten sobre todo Compromís, Esquerra Unida y también UPyD, mientras el retroceso de los populares engrosó la cuenta de los votos en blanco y nulos —que se incrementan de forma espectacular en estas elecciones al llegar a los 106.489, 55.765 sufragios más— y algo la formación que lidera Rosa Díez.

Un voto de «castigo» achacable a las dudas con una candidatura que incluyó imputados e implicados en el caso Gürtel, incluido el presidente Francisco Camps.

Los 154.094 votos perdidos por el PSPV no se los llevan sólo Compromís —integrado por el Bloc, Iniciativa del Poble Valencià y Els Verds-Esquerra Ecologista— y Esquerra Unida. La suma de ambos el 22-M da 319.288 sufragios, frente a los 195.116 que logró la coalición conformada por EU y Bloc hace cuatro años.

Esto es, un incremento de 124.172 papeletas. El reparto, con todo, no fue equilibrado, sino que la fuga de voto del PSPV fue en su mayoría a Compromís. Un dato resulta revelador: En las municipales de Valencia el PSPV pierde 53.747 votos, cifra que casi se corresponde con el resultado de Compromís, 35.881 papeletas —en 2007 se integró en la candidatura del PSPV— y lo que gana Esquerra Unida (8.681 sufragios), más los votos de UPyD (11.243).

Lógicamente, hay otros factores como el caladero de los nuevos votantes y el respaldo, aunque muy minoritario, que históricamente ha tenido el Bloc en el «cap i casal» (11.000 votos en 2003). Pero, a grandez trazos, en torno al 67 % de la sangría socialista podría haber beneficiado a Compromís en Valencia mientras el mordisco electoral de EU estaría alrededor del 16 %.

Los indignados y Compromís

Compromís, la formación que integra a los nacionalistas, se ha convertido en la tercera fuerza en Valencia, por delante de EU. Es un dato histórico, ya que tradicionalmente Valencia ha sido la tumba electoral del Bloc. El 22-M ese mapa cambió gracias al fenómeno de los indignados del 15-M, que en Valencia generaron un estado de opinión favorable sobre todo a Compromís, con un cartel electoral que descansaba en los candidatos de Iniciativa (los escindidos de EU), el perfil más de izquierdas.

Si al resultado de Compromís se le excluyen los datos de Valencia y parte de l´Horta, el resultado, en torno a 110.000-120.000 sufragios, es el del tradicional del Bloc. La cosecha de EU (144.201) está en el promedio de Esquerra Unida (139.000 en las locales de 2007, 154.000 en las autonómicas de 2007).

Al margen de la izquierda, UPyD, que ha logrado 60.734 papeletas, también ha pescado del PSPV. No en balde, en la encuesta de CIS que revelaba que el 25% de los votantes del PSPV estaba indeciso, el 1,3 % se mostraba dispuesto a votar a UPyD y el 7,9 %, al PP. En cuanto a los populares, la cifra de descenso es algo inferior a los votos blancos y nulos, y también es probable que tuviera fuga hacia el partido de Rosa Díez, ya que el CIS apuntaba una transferencia del 0,7%.