El seísmo de magnitud 3,8 registrado ayer al oeste de la población alicantina de la Algueña pudo ser percibido con claridad en una veintena de localidad de Alicante y Murcia, donde todavía está muy presente la tragedia vivida por la población de Lorca, donde murieron ocho personas, justo dos meses antes-un 11 de mayo- de que ayer la tierra volviera a temblar.

El seísmo se produjo en la madrugada de ayer, poco antes de la una de la madrugada (00.54hora local) al noroeste del municipio de la Algueña, en la comarca del Vinalopó Mitja. Según el Instituto Geográfico Nacional, el terremoto alcanzó un magnitud en su epicentro de 3,8 y con una intensidad máxima de IV -V percibida en la Romana.

Según testimonios dejados por particulares que sintieron el temblor en la Unidad de Registro Sísmico de la Universidad de Alicante, la onda sísmica fue percibida con claridad incluso en las plantas bajas y primeros pisos de localidades como Elx, Pinoso, Crevillent, la Romana o incluso en la propia capital murciana. Afortunadamente no se produjeron daños de ningún tipo, según confirmaron fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos.

Algunos de estos testigos describen el "silencio" de los animales domésticos previo al temblor -ausencia de ladridos- y el "escándalo" suscitado poco después de que la tierra temblara.

Posteriormente se produjeron en la zona diversos temblores que tuvieron como epicentro el municipio de Abanilla, en Murcia, aunque afortunadamente no tuvieron reflejo en Lorca, donde la población no se ha recuperado del todo del impacto provocado por el seísmo del pasado 11 de mayo.