"He notado en el AVE Valencia-Madrid que el tren vibra mucho y que se desliza con mayor brusquedad que el Madrid-Valladolid o el Madrid-Sevilla. En un viaje mi botella de agua se cayó dos veces sobre la señora que tenía enfrente de mí. ¿Se debe a problemas de construcción de la vía?" La queja que un viajero del tren de alta velocidad transmite a Levante-EMV coincide con la de otros usuarios que aseguran que en el Madrid-Barcelona "tampoco se puede leer o escribir" en el tren. Aunque, como siempre hay opiniones para todos los gustos, otros viajeros del Madrid-Valencia aseguran que el trayecto de hora y media es "tan rápido y suave, que aburre. Cuando te quieres dar cuenta ya estás en Madrid".

Una de las claves para entender la "brusquedad" que perciben algunas personas en los trayectos de los trenes de alta velocidad la facilitaba el director general de Tecnología de Talgo durante 14 años, ya jubilado, José Luis López Gómez, que realizó el primer viaje comercial del AVE desde Valencia a Madrid el pasado 19 de diciembre. López Gómez fue uno de los responsables del diseño del "pato" (el S-112 de Talgo-Bombardier) y realizó el viaje junto a su sucesor en el cargo, Segundo Vallejo, director general de Talgo. "El tren ha funcionado muy bien -aseguró a Levante-EMV-. El trayecto ha sido perfecto. Tiene estabilidad y todo ha funcionado muy bien. Se nota la dureza de la vía porque es nueva, pero poco a poco se asentará". Este periódico también fue testigo de cómo una joven se pintaba la raya de los ojos durante el trayecto a más de 200 kilómetros por hora. Y sin salirse.

López Gómez también desveló un secreto de diseño: los asientos son un poco duros, lo que puede aumentar la sensación de brusquedad, porque "cuando se superan los 20 minutos en los viajes, el cuerpo se cansa menos con un acolchamiento más rígido".

Sobre el asentamiento de la plataforma, ingenieros de caminos consultados por Levante-EMV, explican que el paso del tiempo facilita un ligero descenso de la plataforma ferroviaria (compuesta del balasto, el subbalasto y la tierra compactada) de unos centímetros que podría representar el 1% de la altura que alcanza la plataforma en cada tramo.

Sin embargo, fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), la entidad que depende del Ministerio de Fomento y responsable de la construcción de todas las líneas de alta velocidad, consideran que este proceso de asentamiento de la plataforma es "imperceptible a la hora de mejorar el confort de la vía y los trenes". Sobre las diferentes sensaciones que se pueden tener al viajar en el AVE a Sevilla o a Valencia, fuentes de Adif explican que "la diferencia de velocidad entre el AVE de Sevilla y el de Barcelona y sobre todo Valencia puede crear una sensación diferente". De hecho, "hablamos de 250 km/h en el trayecto a Sevilla y de 300 km/h en el de Valencia o el de Barcelona durante gran parte de los kilómetros del trayecto, por lo que puede crear percepciones diferentes entre los viajeros".

No obstante, recuerdan que la UIC (Union Internationale des Chemins de Fer, que agrupa a todas las empresas ferroviarias del mundo) realiza "pruebas de calidad y auscultación de la infraestructura" que en el caso de las líneas españolas dan como resultados "unos altos estándares de calidad". Y la de Valencia es la que mejor nota obtiene, aunque muy igualada con Barcelona (inaugurada en 2007). En definitiva, concluyen, "no se trata de un problema de infraestructura sino de la velocidad que se alcanza y la percepción que se crea".