Aceptar una sentencia de culpabilidad y evitar a cambio el mal trago de pasar por el juicio más mediático a un político valenciano en toda la democracia o, por lo contrario, seguir buscando un certificado de inocencia apostando al todo o nada. En esa difícil tesitura se encuentra el presidente Francisco Camps, tras el auto de apertura de juicio oral dictado por el magistrado instructor de la causa de los trajes, José Flors. En el Partido Popular cada vez son más los que, tanto en la Comunitat Valenciana como desde Génova, están intentando convencer al jefe del Consell para que acepte la llamada "sentencia de conformidad", consistente en pagar la multa y evitar así el juicio, que será por tribunal del jurado. Es una posibilidad que le ley permite, siempre y cuando el acusado acepte la mayor de las penas que se le piden.

Las presiones de dirigentes populares que quieren evitar a toda costa la llamada pena del banquillo han tropezado de momento con la negativa de un Camps que sigue dispuesto a pelear hasta el final para demostrar su inocencia, bandera que ha enarbolado desde el principio de la causa.

En la dirección nacional del PP quieren evitar a toda costa el desgaste político que podría causar en las aspiraciones de Rajoy de conquistar la Moncloa un juicio que será de gran repercusión en los medios y que podría incluso coincidir en fechas con la campaña electoral de las generales, si finalmente el Gobierno adelanta la cita con las urnas. De ahí que las opiniones que llegan desde Madrid e incluso desde el PPCV apuestan por que pague la multa, aún a costa de sacrificar el futuro de un Camps que, sin duda, saldría muy debilitado, con independencia de la estrategia de venta política que se siga. Camps está escuchando a unos y a otros -políticos y juristas de prestigio- y, se momento, se rebela contra esas tesis. Ayer, mantuvo hasta dos conversaciones con el presidente nacional del PP, Mariano Rajoy. Ambos analizaron pros y contras, pero, con todo, el líder nacional de los populares le dejó abierto el escenario y le trasladó que la decisión era suya.

En Génova temen que el proceso se "vicie" más a partir de ahora, según palabras de Rajoy, informaron fuentes de la dirección nacional. La apertura de juicio oral no ha supuesto, para Génova, el "shock" que en su día provocó el avance de la causa. Esta crisis, por así decirlo, era esperable y su desgaste estaba ya amortizado. "Aguantaremos el tirón", aseguran desde Madrid.

Pero es cierto que si "el tirón" es leve, mejor para Rajoy. De ahí las presiones a Camps para que resuelva cuanto antes sus "problemas". Ayer, el secretario general del PPCV, Antonio Clemente, respondió sobre la posibilidad de que el presidente pague la multa para evitar ir a juicio: "Es una decisión que habrá que tomar en un momento determinado". "Es el presidente es el que tiene que decidirla y respetaremos cualquier decisión que él tome", añadió el dirigente popular .