La actual ley impide la privatización de Canal 9, pero lo que la hace especialmente inviable es el mercado y sus propias circunstancias. El anterior presidente del consejo de administración de RTVV, Emilio Fernández, defendió la necesidad de vender la televisión valenciana de una pieza -"menos los informativos", dijo- porque "las cosas son insostenibles y graves y el que quiera negarlo es tonto o hipócrita". Lo primero insostenible es una audiencia que cada vez que toca fondo sigue escarbando. Los últimos datos, ofrecidos ayer por Barlovento Comunicación, a partir de Kantar Media, revelan que en julio Canal 9 logró una cuota media de pantalla del 4,2%. La cifra es trágica, dado que supone 1,2 puntos menos que el 5,4% con el que marcó, en junio, un negativo récord histórico ahora pulverizado. La audiencia media de las autonómicas se sitúa en el 9,2%, más del doble que la valenciana. Con este nuevo registro, Canal 9 se consolida en el furgón de cola solamente por delante, y una décima, de la balear IB3. TV3 sigue sigue siendo la cadena pública autonómica líder -con un 12,4%-, si bien tampoco se libra del retroceso. Canal Sur, con el 8,9%; la vasca ETB2, con el 7,5%, o Telemadrid, 5,7%, están también mejor que Canal 9. La irrupción de las TDT, junto al cable o a las televisiones por satélite, ha saturado la oferta televisiva y ha provocado un retroceso general de audiencias que convierte los registros logrados por Televisió Valenciana en los noventa en ciencia ficción. Canal 9 tocó techo en 1992, cuando alcanzó un 22,5% de cuota de pantalla. El siglo XXI no le ha sido propicio. Desde el 20,4% de 2000 no ha dejado de caer en picado.