El Gobierno balear ha suspendido la construcción de la nueva línea ferroviaria Manacor-Artà por la falta de liquidez de la empresa que financia las obras, Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM). La razón principal que alega el "Govern Balear" haría sonrojar a la Generalitat Valenciana. La SFM alega que no tiene liquidez "para atender los compromisos de pago con las empresas adjudicatarias que, en algunos casos se demoran desde octubre de 2010", según explica el nuevo gerente de SFM, José Ramón Orta. Las obras de la nueva línea están ejecutadas al 19%. Se han adjudicado obras por valor de 90 millones (el total del trazado Manacor Artà vale 190) pero SFM sólo ha podido pagar 20. El gobierno balear ha hecho cuentas y, a la vista de que debería hacer frente a 164 millones para completar la línea y destinar 3 millones al año para mantenerla, ha decidido echar marcha atrás. "Un servicio de autobús de características similares tiene un coste cinco veces inferior: 683.000 euros anuales". El problema ahora reside en que el contrato para los nuevos trenes de la línea ya están adjudicados a la empresa Vossloh desde el pasado mes de julio por 24 millones de euros. Los anteriores gestores socialistas eligieron para el nuevo tramo Manacor-Artà el modelo "Tramlink" (un híbrido entre tren y tranvía que ya se usa en Alicante y se quiere implantar en la línea T-2 de Valencia) que, sin embargo, no puede usarse en el resto de las líneas (77 kilómetros entre Palma, Inca, Sa Pobla y Manacor). Según confirmaron fuentes del SFM a Levante-EMV, los Tramlink son demasiados "bajos" para los andenes ya existentes y se produce "un escalón de entre 70 u 80 centímetros". Vossloh ya ha entregado 3 unidades a Serveis Ferroviaris de Mallorca, aunque al parecer aún no las ha cobrado. Desde Vossloh declinaron ayer hacer declaraciones y alegan que los principales responsables de la empresa están de vacaciones.