Mientras el cantante Tom Jones, el Tigre de Gales, entonaba algunos de sus éxitos en el concierto que ofreció en la noche del martes en el puerto de Gandia, uno de los vigilantes de seguridad que controlaba el acceso al recinto protagonizó una acalorada discusión con varios agentes de la Policía Nacional a quienes les negaba la entrada. El altercado llamó la atención de algunos asistentes al recital, que ayer expresaban su perplejidad por la actitud del vigilante. La propia Policía Nacional, que había enviado a dos agentes de paisano al concierto para controlar que no se produjeran robos o incidentes, confirmó ayer que propondrá a la Subdelegación del Gobierno que se sancione a este vigilante con una multa que puede superar los 6.000 euros.

El incidente se originó cuando los dos agentes de paisano se identificaron a la entrada para acceder al recinto. Según explicaba ayer la Comisaría, acudían a llevar a cabo una "misión concreta" para prevenir posibles actos de carterismo, robos al descuido u otros incidentes que pudieran originarse entre la masa de 8.000 personas que asistieron al recital del llamado Tigre de Gales.

Sin embargo, el vigilante negó la entrada a los policías. Ante esta situación, poco después se personó allí el subinspector de turno de la Comisaría acompañado de otros cuatro agentes uniformados, pero el vigilante "siguió negándoles la entrada". Y eso a pesar de que incluso le fue mostrada una orden por escrito del comisario.

Ante esta situación, las mismas fuentes señalaban ayer que "podíamos hacer dos cosas": detener allí mismo al vigilante por desobediencia a la autoridad o levantar acta de los hechos. Finalmente, se decantaron por esta segunda opción, ya que la primera hubiera podido generar un altercado innecesario.

Así las cosas, la policía identificó al vigilante, levantó acta de los hechos, y se dirigió a hablar con el responsable de seguridad del concierto, quien, en cambio, accedió a que los agentes entraran al recinto. Ya en la mañana de ayer, la Comisaría de Gandia iba a proponer a la Subdelegación del Gobierno que imponga al vigilante que reiteradamente había impedido el acceso a los agentes una sanción administrativa por incumplimiento de la Ley de Seguridad Privada. Y es que esa ley establece, entre otras cuestiones, que los agentes de seguridad privada deben ponerse a las órdenes de las fuerzas de seguridad del Estado. La multa mínima para este tipo de casos está fijada en 6.000 euros.

El incidente, no obstante, no empañó el concierto de Tom Jones, que resultó ser un éxito de público con unas 8.000 personas que llenaron el recinto para ver y escuchar algunos de los éxitos del cantante británico. El Ayuntamiento de Gandia, organizador del concierto, quiso ayer dar las gracias a los ciudadanos por el apoyo ofrecido acudiendo tanto al recital de Tom Jones como en al que Julio Iglesias ofreció el domingo.