¿Éstas son las primeras elecciones en las que, tal como está la economía, ganar es quedar segundo?

Algún amigo me ha dicho en broma, «¿no crees que sería mejor perder?» [risas]. Lo revelador de la pregunta es que señala la trascendencia de estas elecciones, que son probablemente las más importantes que hemos tenido nunca. Las primeras veces que votamos lo hicimos para consolidar la democracia, pero entonces tenías el viento a favor. Ahora has de revisar muchos elementos básicos que hemos construido en estos 30 años junto al resto de Europa y el mundo. Por mucho que la derecha quiera, no estamos en una crisis española, aunque tenemos elementos diferenciales, como todos los países.

¿Firmaría una derrota dulce como la de 1996?

Las derrotas nunca son dulces. Suelo estar de acuerdo con Felipe González en casi todo, pero fue una mala frase. De esa derrota surgió luego la mayoría absoluta de Aznar.

¿Teme que la Comunitat Valenciana lastre mucho al PSOE?

No lo creo. Los valencianos son conscientes de que también se juegan mucho. Han vivido tres años sin gobierno y eso es gravísimo. Los temas de corrupción se decidirán en los tribunales, pero políticamente lo grave es que no ha existido gobierno. Estaban demasiado ocupados buscando las facturas de los trajes y no se preocuparon de la economía y el empleo. Y eso se está notando. Aquí hay sectores económicos que han sido punta de lanza de la economía española y tienen dificultades. Valencia necesita un cambio económico muy sustantivo. Eso juega a mi favor, porque yo represento mucho más que la derecha lo que la Comunitat Valenciana ha sido y tiene que ser en cuanto a emprendedores, exportadores y voluntad de competir.

¿Qué resultado le llevaría a dimitir, como Joaquín Almunia, o a seguir para liderar el partido?

Hice mucho atletismo y en los 100 metros lisos no tienes tiempo de pensar. Cuando entras en la recta final ya no vale mirar a los lados; sólo mirar al frente. Cuando llegue a la meta, ya pensaré qué tengo que hacer y hablaré con mi gente.

¿No le tendrán que sacar con agua hirviendo?

No, no... De ningún sitio, jamás.

¿En un país con 5 millones de parados, cómo convencer a la gente que come y cena con «los mercados» y la prima de riesgo de que «es la hora de la política, estúpido», dicho al estilo Clinton?

Es cierto. Hay tal sobreabundancia de economía... ¡Ha aparecido un familiar nuevo, que es la prima de riesgo, a la que no conocíamos, pero tiene bastante «mala leche»! Esto surge porque en los 80 y los 90 alguien pensó equivocadamente desde la política que había que desregular los mercados y que el sistema financiero no hacía falta que tuviera barreras y que los Estados entorpecían la economía, que se sabía ajustar sola. Pero cuando reventó Lehman Brothers, las primeras medidas las tomó el G20 y no los «mercados». Las decisiones para frenar la crisis financiera que nos habría arruinado para muchos años han sido y han de seguir siendo políticas. En Europa tenemos moneda única pero no una reserva federal que la defienda. Si de algo ha «valido» la crisis es para que todos hayamos aprendido que lo que pasa en Wall Street afecta a nuestra vida cotidiana.

Otra cosa aprendida es que se sabía que Santander, BBVA, Repsol y Telefónica mandan más que el Gobierno, pero no que también están desnudos y expuestos a la tormenta.

La tormenta tiene un elemento central que es el sobreendeudamiento. Los países más ricos se han sobreendeudado. Por ejemplo Estados Unidos tiene una deuda enorme, especialmente con China. España tiene mucha deuda, paradójicamente más privada que pública, que está bastante controlada. El origen de esa deuda es la burbuja inmobiliaria. Por eso, cuando Rajoy dice que quiere volver al año 1996, 97 o 98, yo digo, «¡no, por Dios!». El PP juega con la idea de muchos españoles de que fue la década prodigiosa. Es verdad que vivimos muy bien, pero ahí está parte del origen de todo y, especialmente, del sobreendeudamiento que estamos pagando.

Se ha pasado del debate sobre si es sostenible la Seguridad Social, que llevó a reformar las pensiones, a si se puede mantener el Estado del Bienestar. ¿Se puede o sólo se debe?

Se debe y se puede mantener, pero hay que preocuparse. Ahora nos costaría menos explicar la reforma de las pensiones, pero cuando le decíamos a los españoles «tenemos que trabajar un poco más» sabíamos por qué lo hacíamos y por eso ahora podemos decirles que su futuro está garantizado.

¿Y la sanidad y la educación?

Hay que financiarla adecuadamente, entre otras cosas para quitar la excusa a los privatizadores, los que dicen que se arregla todo privatizando. Hay que pedirle a las comunidades autónomas que no vuelvan a hacer lo del 2005, que dimos mucho dinero desde el Estado para acabar con la deuda sanitaria y una parte la destinaron a otras cosas. Hay que ir a una sistema de financiación autonómica en el que, respetando la autonomía de las comunidades, si el Estado da para sanidad se tiene que gastar en sanidad y no en obras faraónicas.

Si hay tanto margen para recortes del gasto público, por ejemplo 2.400 millones sólo en gasto farmacéutico, ¿qué pasa, que hasta ahora se ha estado despilfarrando el dinero?

Despilfarrando es una palabra muy fuerte, pero es evidente que hemos gastado alegremente. Una pregunta que todo el mundo entiende, ¿cuántas medicinas caducadas tenemos en casa? Un arsenal en cada casa. Necesitabas 3 pastillas y te daban una caja de 20. Hace treinta años en Gran Bretaña fui a una famarcia porque me dolía una muela y el médico sacó la tijera y cortó tres pastillas.

¿Qué le parece el copago sanitario disuasorio sugerido por el conseller Vela? ¿Tendría efecto psicológico, aunque fuera cobrar 20 céntimos por visita?

Para cobrar a 0,20 habría que montar tal aparato logístico que seguramente sería más caro establecer el copago que lo que te aporta. Si quieren establecerlo en serio, que lo digan. El problema del copago es que es injusto y que para implantarlo hace falta un sistema de facturación, una infraestructura y burocracia. El copago disuasorio es más caro que dejarlo como está. En cualquier caso, soy contrario a cualquier clase de ecopago.

La reforma de la Constitución en 15 días para fijar límite al déficit, ¿no ha sido como desacralizarla y abrir la puerta a temas tabú como la autodeterminación?

En parte sí, aunque hace falta consenso de los dos grandes partidos. No me parece que sea una tragedia. Es más, en mi discurso el día en que me presenté como candidato ya hablé de la reforma de la Constitución para elaborar una nueva ley electoral. Le he dado muchas vueltas a esto de la Constitución desde que me planteé ser candidato. Mi generación siempre ha pensado que la Constitución era como los diez mandamientos. Quizás porque nos daba mucho miedo, dado que la historia del constitucionalismo en España marcaba que cada cambio era a peor. Pero es una posición injusta porque te estoy imponiendo a ti, que eres de otra generación, mis normas. ¿Hasta cuándo tiene una generación derecho a imponer sus normas a las siguientes? Desde esta óptica y sin correr riesgos, esa desacralización no me parece una tragedia.

El Consell renuncia a recaudar 109 millones por el impuesto de patrimonio. ¿Es justo que se siga compensando a las comunidades que se niegan a aplicarlo?

Vamos a esperar a ver si renuncia, está por ver. Si lo hiciera, no debería cobrar la compensación, con independencia de la ley. Hay discusiones sobre si es una ley, un ajuste contable, un acuerdo... Lo que es evidente es que se puso una compensación porque el impuesto se había bonificado al 100%. Ahora ya no tiene ninguna justificación. Si gano haré que lo aplique o renuncie a la compensación.

Ha admitido errores del Gobierno, como las deducciones de vivienda. ¿Los 13.000 millones del Plan E no habrían estado mejor empleados en pagar a proveedores de los ayuntamientos?

Las deudas municipales no son del Estado. Es verdad que hay que echar una mano, pero lo que no se puede hacer es que las administraciones se declaren insolventes para que venga el hermano mayor a socorrerlas. Otra cosa es que habilitemos créditos a través del ICO. El plan E creó 450.000 empleos, por lo que no fue un error.

No fue empleo duradero y se asfaltó sobre lo recién asfaltado.

Se mantuvo mucho empleo, de esos 450.000. Se cometerían errores como los que dice, pero en general no creo que fuera así.

Su propuesta de eliminar las diputaciones ha puesto a los pies de los caballos a los socialistas en estas corporaciones. Alfonso Rus ha amenazado con quitar sueldo y asesores a la oposición.

Me parece una cosa verdaderamente peculiar. Es como si dices que en la sanidad pública se puede ahorrar en medicamentos y por decirlo se niegan a vendértelos.

No, es que ustedes piden la demolición del hospital.

No, lo que hemos dicho es que las diputaciones hacen cosas que ya realizan otras administraciones. Hay que eliminarlas o convertirlas en aquello para lo que tienen utilidad, que es prestar servicios que los municipios no pueden hacer. Pero en la práctica se dedican a competencias que hacen o podrían hacer otras administraciones, como las autonómicas. ¿Necesitamos una cuarta administración? Creo que no. Si no la necesitamos, habrá que reducirla. ¿Lo de Rus?, me parece mal su amenaza porque el PSOE diga que la estructura hay que reformarla, me parece un disparate y probablemente una ilegalidad. Eso, con perdón, sólo pasa en diputaciones como la de Valencia.

El PSPV sacó el 22-M los peores resultados de su historia. ¿Fue sólo la patada al Gobierno en el culo del PSPV o hay errores en la labor de oposición?

Es evidente que el resultado del 22 de mayo estuvo muy marcado por la crisis global y muchos compañeros pagaron el desgaste de las siglas. Cuánto corresponde a esa circunstancia no se puede saber, pero que la marca fue castigada es completamente cierto.

¿Alarte aporta a la marca, está por debajo o ni quita ni pone?

A Jorge Alarte hay que darle tiempo. Un líder político no se hace en cinco días, ni en un mes, ni en un año. Ha tenido un mal resultado, como casi todo el PSOE. Lleva pocos años y se acaba de estrenar en las Corts. Creo que tiene fundamentos políticos, es una persona sólida, un tipo que sabe y fue un buen alcalde. Necesita tiempo para madurar. Felipe ganó a la tercera y a Gallardón le costó 12 años.

¿Entonces un líder no nace, sino que se hace?

Nace y se hace. Un velocista no puede correr rápido sino es rápido, pero ha de entrenar mucho y ha de tener tiempo. En la política española todo son prisas y no es bueno.

Luego, se merece una segunda oportunidad como candidato.

Se merece confianza y apoyo. He hablado mucho con él y conoce bien los problemas de la Comunitat Valenciana. Tiene ideas y lo más importante es que viene del mundo municipal, que es venir de la realidad. Los ayuntamientos son la mejor escuela política.

Una sociedad que da una mayoría abrumadora (el 51% ) a un partido con un candidato y varios cargos salpicados por presunta corrupción, ¿está enferma?

No, lo que está es preocupada. Hay una explicación más fácil para ese resultado. Los ciudadanos pensaron que el PSOE había gestionado mal la crisis, que es su problema fundamental. Pesó más la angustia por el desempleo, por la situación de sus hijos... Ahora, deducir de ahí que a los valencianos la corrupción no les importa es un error. Pero les importa más la crisis y pensaron que el gobierno del PP en Valencia les podía sacar mejor de la crisis.

Igual su partido no supo divulgar que aquí hay más paro.

En eso tiene un punto de razón. No voy a entrar en el tema de la corrupción porque no quiero entrar al trapo y eso que se han cansado de decir barbaridades contra mí. Pero, como dije antes, el principal problema de la Comunitat Valenciana es que su gobierno ha estado más preocupado en buscar las facturas de los trajes que en pagar las de los proveedores. Valencia lleva tres años sin gobierno. Y los datos son preocupantes. La economía española sale poco a poco de la crisis y Valencia no acaba de salir.

¿Alberto Fabra es más de lo mismo o cree en su buen talante?

Lo traté una vez, cuando fui a una inauguración en Castelló. No lo conozco suficiente para emitir un juicio político sobre él.

Fabra quiere consensuar un decálogo anticrisis. ¿El PSPV debe colaborar o no le conviene la foto de mancomunar la culpa?

Distinguiendo quién tiene la culpa, lo que el PSOE no puede hacer nunca es negarse a buscar acuerdos para solucionar temas tan graves como el desempleo. Otra cosa es que no se pueden firmar fuegos de artificio. Pero negarse a discutir un plan de empleo y a colaborar para solucionar problemas, nunca. No lo vamos a hacer.

¿No le habrá contagiado Zapatero el buenismo?

Al revés. Igual como soy tan maligno, Zapatero resulta que es una creación mía [se ríe].

El PSPV apoya la reforma estatutaria para introducir la clásula que blinde la inversión estatal. ¿Lo comparte?

Esa cláusula también la metió Cataluña o Andalucía. El problema al final es la negociación año a año. Creo que algunas actitudes del Consell no han ayudado. Cuando prevalece el interés del partido sobre el ciudadano se perjudica a la sociedad. Por ejemplo, no se puede renunciar a un convenio educativo con la excusa absurda de que los niños perderán vista por el tamaño de los ordenadores.

La financiación que llega del Estado es 187 euros por habitante inferior a la media. Y la deuda histórica, de a 7.300 millones. ¿Qué haría?

Se ha mejorado mucho con el actual sistema, que no está completo, ya que llegarán algunos fondos de los que Valencia cobrará. El sistema tiene la vigencia de cinco años, no es para toda la vida como el del PP, y cuando acabe hay que sentarse y ver las correcciones. Será el momento de revisarlo, pero a Valencia le ha ido mejor.

Hasta el electorado socialista tiene la convicción de que Madrid margina a Valencia. ¿Cómo se combate esta idea enquistada?

Es verdad que está enquistada y no se compadece con la realidad. Sólo hay que ver datos de inversión por habitante, el AVE, aeropuertos... se ha invertido muchísimo.

Pues será que no saben vender.

Es bastante fácil echar la culpa a la comunicación.

Más fácil a los periodistas.

También. Primero son los periódicos que no me hacen caso, después es que no comunicamos bien y luego que no coordinamos las agendas. Al final eso esconde una dificultad de romper un estereotipo instalado mucho tiempo, que es que cuando gobierna el PSOE a Valencia le va mal. Eso está ahí. ¿El origen? Probablemente hay que remontarse a los tiempos de la autovía de Madrid, que la hicimos muy tarde y fue tremendo...

¿No estará culpando a Lerma por no reivindicar más?

No. El problema de la autovía Valencia-Madrid no es de Lerma. Pero aquello no ayudó, se lo aseguro. Tampoco esos tipos de interés marcados por el Gobierno durante algún tiempo en contra de las necesidades de algún sector de la economía valenciana, que le convenían bajos. La historia de la relación de los gobiernos socialistas con Valencia puede explicar el estereotipo. En estos ocho años no ha sido así, pero cuesta combatir un estereotipo. Hay que quitar al valenciano medio la idea de que con el PSOE le va peor a Valencia. Estos años demuestran que no es así.

Hablaba de culpar a los medios como recurso fácil. Su partido achaca la derrota a Canal 9.

Canal 9 es puro sectarismo. Pero el problema de Canal 9 no es lo que emite, es lo que cuesta. Un despilfarro que resulta aún más sonrojante en tiempos de crisis.

Ciprià Ciscar irá de dos por Valencia, puesto que era para Ángel Gabilondo, quien al final renunció al sentirse poco apreciado.

No es cierto. Es verdad que la historia se ha escrito por los medios y tiene difícil arreglo. No vale llorar sobre la leche derramada, pero no fue así. Ángel hizo alguna declaración diciendo que no le importaría ser diputado. Buscamos una ubicación porque no es del partido. Lo de ir por Valencia se habló, era una opción, pero nunca se concretó. Le planteé que fuera en listas y me dijo que se lo pensaría porque es profesor universitario y le quedan pocos años. «No me veo en el Congreso», me dijo antes de salir la noticia.

El Congreso ha votado la prioridad del Corredor Mediterráneo sobre el eje central. ¿Se atreverá a pregonarlo el PSOE en sus mítines por toda España?

Lo hemos pregonado en un sitio más importante: en los presupuestos. Hay una inversión superior a la prevista para el corredor central, luego hay una priorización. Lo que no quiere decir que el central no sea importante, pero esta manía que hay en España de que una cosa ha de ser necesariamente alternativa a la otra... Mire,más allá de que el corredor central tenga su lógica, el mediterráneo la tiene de forma implacable. No hay que ser un estratega económico para ver que ese corredor es transporte y riqueza.

Hablando de estrategia. ¿La devolución del caso Faisán de la Audiencia Nacional al juez Pablo Ruz, deja al PP sin su principal munición contra usted?

No es ni munición. Lo peor de ese caso es que tiene una lógica muy siniestra, que es tratar de oscurecer el éxito en la lucha antiterrorista. ¿Tiene lógica que el control parlamentario de cinco años de ministro del Interior se haya concentrado en eso? En un país con problemas de radicalización islamista, criminalidad, aunque ha bajado, accidentes de tráfico o violencia machista. Pero la gente sabe que la lucha antiterrorista ha ido bien y que esos etarras fueron detenidos y encarcelados.

Fabra cobra 67.615 euros y Zapatero 78.185. ¿El problema no será, en vez del sueldo, las prebendas y no exigir responsbilidad patrimonial o penal al político?

La gente cree que hay prebendas y si la gente lo cree, pues hay que tomar nota y actuar. En un momento como el actual, no sólo hay que ser austero sino que además se ha de percibir. La mezcla de crisis y corrupción ha sido terrorífica. La corrupción es como una enfermedad, deja secuelas. La pregunta es si se puede prevenir y la respuesta es que sí. La condena puedes ponerla en 25 o 100 años, pero el mal está hecho.Hay que prevenirla con medidas como las que yo planteo, entre ellas las de incrementar los controles para la aprobación de los Planes Urbanísticos implicando a otras administraciones.

Las declaraciones de bienes de los diputados, ¿sirven para algo más que alimentar el morbo que bloqueó la web del Congreso?

No me parece mal, no tengo nada que ocultar, pero es verdad que se presta a la demagogia. Yo he tenido que responder varias veces por la herencia de mi padre, que si hubiera sabido los disgustos.. Yo se lo decía, «no nos lo dejes, disfrútalo, que ya nos has dado una carrera». Lo que demuestra si uno es honesto es comparar lo que tienes cuando llegas con lo que tienes cuando te vas, aunque hay trampas para esconder enriquecimientos ilícitos. Pero los ejercicios de transparencia no me parecen mal.

Usted declaró 984.281 euros y un piso y Rajoy 600.000 y 4 pisos. ¿Se cree los 3.400 euros, medio piso y un coche viejo, de Camps?

No tengo elementos para juzgar.

Es usted rico y bueno. ¿Le falta ser guapo para estar a la altura de Cristiano Ronaldo?

Hombre, ¿rico, rico? Soy heredero. Me sobran 40 años y me falta la tableta en los abdominales.

¿Qué poso de reflexión ha dejado el 15-M en los políticos? Nadie se da por aludido.

Yo sí. Los veo por la calle y los oigo. Hay cosas con la que estoy de acuerdo y en otras no. Cuando dicen que se quiere más participación, que los políticos den más explicaciones, pues es de sentido común. Si te dicen que todos los inmigrantes entren sin control, pues no estoy de acuerdo.

¿Qué la parece traducir el voto en blanco en escaños en blanco o la elección directa de alcaldes?

Lo primero me parece imaginativo pero poco eficaz. Lo de la elección de alcaldes a doble vuelta, como en Francia, estoy de acuerdo.

Apuesta por un sistema electoral a la alemana con circunscripciones de un diputado. Acercaría el diputado al elector, pero ¿fomentaría el clientelismo?

No creo. En el sistema británico, con circunscripciones muy pequeñas, la relación entre elector y elegido funciona de maravilla. Allí se dice «mi diputado». Entre ese sistema y el español está el alemán, donde una parte se elige por proporcionalidad. No creo que tenga problemas de clientelismo, sino uno mayor: ponernos de acuerdo para cambiar el sistema y definir las circunscripciones.

El candidato niega la fama de maquiavélico

Es usted buen comunicador. ¿No cree que la Fundación Jaime Vera [centro de formación del PSOE] ha hecho mucho daño, que es como la Masía de socialistas con discursos impostados?

No he ido nunca. La tele es como una máquina de rayos X, te pilla la impostación. O eres un gran actor o te pillan. No hay nada peor que impostar en política. Otra cosa es que la gente sepa elementos básicos de comunicación: evitar frases de dos minutos o evitar subordinadas. Yo hago lo mismo que cuando daba clase, procuro que se me entienda. Hay políticos muy impostados a los que se les nota que recitan. Pero lo peor es la frase preparada para convertirte por un minuto en el rey del chascarrillo o cuando ves a alguien que está todo el día fabricando titulares precocinados.

Tiene fama de adicto a la intriga. ¿Verdad o leyenda urbana?

Es una leyenda urbana que no me molestaré en desmentir. Seguramente habré sido el político más expuesto públicamente. Fui portavoz del Gobierno con Felipe, portavoz de la ejecutiva socialista, del grupo y del Gobierno de Zapatero. Un portavoz vive en la cristalera, en el escenario. Algunos me llaman Fouché y sin embargo Fouché era un traidor, un tipo que aquí habría sido del PP, de CiU y del PSOE a la vez. Yo soy del PSOE de siempre y todo el mundo sabe siempre lo que pienso. Un político intrigante es alguien del que no se conoce nada. De mí, prácticamente todo.

Una maldad...

Querrá decir otra...

Cuando en los anuncios suyos se dice «Con Rubalcaba sí», ¿el mensaje subliminal es «Con Zapatero no», para recuperar 3 millones de votos desengañados?

No, hombre, el mensaje es que con Rajoy no. No sea sofisticado. Es más, le adelanto que en la segunda parte de la campaña ya se dice que con Rajoy no hay solución posible.

Ha asistido al entierro político de Felipe y de Zapatero y aquí está tan sano. A ver si tendrá razón el anuncio y es usted «muy listo».

¡Pensaba que iba a decirme que estoy a punto de asistir a mi propio entierro! [risas] Dos cosas sí tengo: soy bastante trabajador, le echo horas, y soy un tipo muy leal, que dice las cosas cuándo y dónde debe decirlas. Ninguno de mis jefes podrá quejarse de que no le he dicho lo que pensaba. A veces me ha costado disgustos. He estado en minoría y en mayoría, casi siempre en minoría. Estoy en política porque quiero y creo en la cosa pública. No hay nada más importante que cobrar sueldo de los ciudadanos. Creo que ser diputado es lo más importante que uno puede ser en la vida. Siempre digo a mis colaboradores que están porque quieren y que han de estar desde las siete de la mañana a las doce de la noche.

¿Dónde está el equilibrio entre ser pragmático y no traicionar los principios?

Es difícil. Los principios han de estar siempre encima de la mesa y saber que la velocidad de acercamiento a ellos depende de tu margen de actuación. El pragmatismo es ser razonable al hacer las cosas más lentas de lo que querrías. Es la cualidad del quiero llegar a cien, pero me quedo en 80. Pragmatismo nunca puede ser hacer lo contrario de lo que piensas.

Hablando de principios, usted tiene una buena relación con Zaplana. ¿Qué virtudes le adornan?

Le voy a decir una: a mí siempre me dijo la verdad, siendo portavoz con él. También es cierto que a veces me dijo una cosa y a los siete días otra, pero siempre me explicó por qué cambiaba y normalmente no era por su culpa. Su problema era que tenía de jefe a Rajoy. Y trabajar con Rajoy debe de ser difícil.

Modelo Productivo y empleo

Está de visita en el exparaíso del boom inmobiliario. El PSOE quiere cambiar el modelo productivo, pero ¿no le parece que la especulación es un modelo cultural enraizado, casi genético?

No. La especulación se puede alentar o desanimar. Aquí se alentó y hemos pasado del atracón al ayuno. Hicimos 800.000 viviendas. Ahora construimos cero. Pues entre cero y 800.000 hay 400.000, que seguramente es lo razonable.

¿No cree que la economía depende más de lo que parece de un cambio en el sistema educativo?

Tenemos el mejor sistema educativo para formar funcionarios. Los mejores del mundo se forman en España. Lo digo yo que soy profesor y funcionario. Pero es verdad que no formamos empresarios, ni gente que se arriesga, la cultura de emprender no está en nuestro sistema educativo. Aquí siempre habéis tenido una cultura emprendedora, de salir fuera. Por ejemplo, el sector azulejero ha vivido muy bien con la burbuja y ahora lo pasa mal, pero se está reconvirtiendo.

Decir que darán prioridad a jóvenes parados que dejaron los estudios por la construcción, ¿no es menospreciar a quien se licenció, se «masterizó» y está parado o en el extranjero?

Yo defiendo hacer las dos cosas. De hecho, he esbozado mi plan de empleo juvenil dirigido a quienes ni tienen estudios ni trabajo, pero también a los que tienen formación adecuada. A los primeros hay que formarles a la vez que se inician en el mercado laboral. A los que ya tienen nivel educativo hay que permitirles entrar en el círculo, lograr un primer empleo. En mi programa detallaré cómo ayudar a los dos colectivos, que serán tratados singularmente. Aquí o en Baleares hay una enorme tasa de fracaso escolar. ¿Por qué en Baleares es la más alta? Por la hostelería. El problema es que la educación en España ha estado sometida diez años a una atracción fatal. Un chaval se iba a la construcción y volvía al instituto con la moto y llamaba tontos a sus amigos estudiantes. La otra realidad es la del colectivo que ha hecho todo lo que le pedimos, que estudió y no tiene trabajo. Hay que hacerle un plan de primer empleo, darle una oportunidad.

¿Qué responsabilidad cree que habría que exigir a los gestores de la CAM y las cajas en apuros?

Aún no se sabe exactamente cuál es la situación, aunque está claro que no es precisamente boyante. No me gusta nada hablar de responsabilidades penales, pero es evidente que algo han hecho mal. Ojo, los gestores de la caja y los que han mandado sobre los que la gestionaban. Hay una responsabilidad política también porque todo el mundo sabe que el presidente de la caja hablaba con los políticos de turno. Por tanto, al menos alguien tendría que decir «lo hemos hecho mal y pedimos disculpas».

Y a los consejeros políticos, ¿hay que exigirles algo además de pagarles dietas?

Por supuesto, ahí hay que ser muy exigentes. Es evidente que ha habido responsabilidades en una gestión que, como poco, ha sido desastrosa.