Con una peluca larga de color castaño y un camisón blanco que llegaba hasta los pies camufló el equipo de atrezzo las piernas y el cuerpo del joven Vicent Aleixandre (ahora concejal en el Ayuntamiento) en la escena en la que Neleta (Victoria Vera) abandona la barraca, sube a la barca y comienza a perchar adentrándose en la Albufera. Las maneras de sostener la pértiga e introducirla en el agua para mover la nave eran las de Vicent, nacido en El Palmar, donde se rodó la primera serie que marcó un antes y un después en la historia de TVE y convirtió a esta pedanía de la Albufera en un destino turístico anhelado para miles de visitantes que todavía persiste.

El primer capítulo de Cañas y barro, basada en la novela homónima del escritor Blasco Ibáñez, se emitió el 26 de marzo de 1978 y en la cadena pública fue una bocanada de respiro que puso la puntilla a los años de dictadura.

La serie ha vuelto a ser protagonista de unas jornadas tituladas "La Albufera y Blasco Ibáñez" que ha organizado el Ayuntamiento de Valencia para conmemorar el centenario de la adquisición del lago por parte del Consistorio. En la efeméride no podía faltar una sentida evocación a esta serie que se rodó en 1977 y que costó 70 millones de pesetas.

Los setenta extras que participaron en la filmación, que magistralmente dirigió Rafael Romero Marchent, eran de El Palmar y fueron contratados en una casa de la pedanía de la calle Redolins (la de Pepe Quilis). El rodaje duró unos tres meses y por entonces la productora pagó a los extras 1.500 pesetas por día trabajado.

Las siluetas de Vicent Aleixandre y del Tío Manolo (Manuel Soler Santaeulalia, que murió en la Albufera), fueron las que más aparecieron en los seis capítulos de la serie, pues ellos fueron los encargados de doblar en la mayor parte ded las escenas de remo a percha a los actores principales. Vicent, el concejal le prestó su cuerpo de espaldas a Tonet (Luis Suárez) y a Tono (Manolo Tejada), mientras que el Tio Manolo puso el cuerpo al Tio Paloma (Alfredo Mayo).

El edil del Palmar recuerda que una de las escenas más duras del rodaje fue el desafío en barca que protagonizaron en la acequia de Lobera Tono y Tonet, padre e hijo.

"Yo estuve encima de una barca y perchábamos, eran la Rosa 1 y Rosa 2, cuando uno adelanta al otro para que el hijo pudiera ganarle al padre hasta que le gana... Íbamos el Tio Manolo que hacía del abuelo del tío Paloma y yo, que hacía de Tono, fue la escena más dura porque se tuvo que repetir varias veces, porque como se grababa en una barca grande que llevaba el Tio Sidro Palleter, pues claro -explica el doble-, la barca aún yendo despacio se adelantaba..., fue la escena más dura porque tuvimos que perchar mucho; cuando acabamos el director dijo: ¿la volvemos a repetir? y el Tio Manolo le dijo: 'si la tenemos que repetir yo me voy a casa'..., no podíamos más", relata Vicent.

Recuerda este doble de actores cómo se hizo la escena en la que a él le caracterizaron de Neleta para rodar la secuencia en la que ella se va a Catarroja con la peluca y el traje blanco: "empezabas a perchar y cuando ya estabas a punto enseguida se oía ¡Corten!, cortaban, bajábamos y allí ella solo hacía como si moviera la barca y luego se ve todo el recorrido". Vicent Aleixandre habla apasionadamente de aquella experiencia que vivió a los 17 años, una edad en la que experiencias como esta, inolvidable, se quedan grabadas para siempre.

De hecho, la tarde en la que quedamos con él en El Palmar, varios vecinos le saludaron con un "Adiós, Tonet", que otro uno de los personajes a los que dio vida.

Los extras de El Palmar

Además de Vicent y el Tío Manolo, participaron en la serie Tomás Rostoll, Juan el Serrano, Toni el de Lisa, Lisa, Carlos el Blanco, María Lavaora, Sidro el Palleter, Nelo el de la Güelina, Mariano Marco Marianet, Domingo Aleixandre que hizo el doble de Sangonereta, Mateo Marco Mateuet, Francisco Roig, Paco Guitarra, Jose Torrentí, Pepet el Pastilla...

Recuerda también Vicent las escenas de caza en las que se escondían detrás de una mata, en uno de los puestos de la Albufera, en las que los personajes aparecen cogiendo los cartuchos, pero los que apretaban el gatillo eran ellos, Mariano y él. "El protagonista hacía como que tiraba un cartucho de escopeta, pero detrás estábamos nosotros, los patos ya estaban muertos en el agua antes de empezar, desde donde estábamos veíamos como los soltaban, pegábamos los tiros pam pam... aunque los patos ya estaban muertos", cuenta riéndose.

Otra de las escenas que mantiene viva en su memoria es la de la llegada del Rabajol (la barca del pasaje que iba desde el puerto de Catarroja al Perelló): "Ahí actué varias veces, subiendo arriba de la barca, bajando las cestas que traían las mujeres para vender en el poblado, que bajaban las llisas... y cuando cantan les albaes..., en algún momento se me ve y el que me ha visto me ha dicho: "xe que jovenet estas!!".

Revive como si fuera ayer la secuencia que se grabó en una zona denominada el Fanganet, cuando pasa Tono perchando y su padre que estaba detrás del cementerio le dice: "Tono.., siempre metido entre las tierras, si, hay que ganarle al lago porque el lago es nuestro sustento, el de nuestra pesca, de nuestra agricultura, de nuestro arroz... ".

"Aquellas frases...-evoca con sentida nostalgia Vicent-, que recuerdo ya de muchos años como si estuviera escuchándolas ahora, allí en el Fanganet como pasábamos a la barca, recordaré toda la vida con mucho cariño cuando llegaron los artistas...ver a Ana Marzoa, a María Jesús Lara, a Antonio Pascual, aquel que salía en Crónicas de un Pueblo en el papel de Goyo, que vino a hacer de barquero, el tío Cañamel, José Bódalo, Armando Calvo que hacía de cura, cuando hicimos la escena en la montanyeta dels Sants..., Luisa Sala, Terele Pávez la Samaruca que tenía muy mal genio y así muchos artistas que tuvimos aquí, el rodaje fue una fiesta para este pueblo".

Los vecinos de El Palmar son conscientes de que a partir del interés y curiosidad que suscitó la serie, los pasajes de las acequias y los canales de la Albufera, ciudadanos de toda España comenzaron a visitarles siempre con la misma pregunta en el borde de la boca: "¿Dónde se rodó Cañas y barro?"

La historia de una

saga de pescadores

de la Albufera

La serie Cañas y barro refleja los conflictos sociales y personales a los que se enfrenta una saga familiar a lo largo de tres generaciones: Los Paloma.

El patriarca, el tío Paloma (Alfredo Mayo), se ha dedicado siempre a la pesca como lo hizo su padre y antes lo había hecho su abuelo. Sin embargo, los tiempos cambian y la familia debe adaptase a las nuevas situaciones. Tono, el hijo del Tío Paloma, debe abandonar la actividad ancestral para dedicarse al cultivo de arroz, ganando terreno a las aguas de la Albufera.

Al morir su esposa Rosa (Ana Marzoa), tiene que sacar adelante a su único hijo, Tonet (Luis Suárez) y a la niña que finalmente adopta, Borda (María Jesús Lara).

Sin embargo, ya adulto, Tonet deshonra el buen nombre de la familia al seducir y dejar embarazada a la calculadora y bella Neleta (Victoria Vera), casada con Cañamel (José Bódalo) el cacique del pueblo. Tonet después se deshará del bebé para terminar quitándose la vida.

De la grabación quedaron muchos chascarrillos que forman parte de los guiños de los vecinos de El Palmar. Uno de ellas es: "No menjes tant, que reventaràs como Sangonera", que tras una pantagruélica cena cayó reventado sobre la antena de una barca.

Dos décadas de

adaptaciones de TVE

La serie Cañas y barro se estrenó en TVE en 1978, a los cincuenta años de la muerte del autor de la novela homónima, Vicente Blasco Ibáñez. Fue la primera adaptación televisiva que se hizo de obras de la literatura española de los S. XIX y XX, una tendencia que la televisión pública fomentó, ya que tras la excelente acogida de esta primera serie se adaptaron otros títulos relevantes como La Barraca (1979), Fortunata y Jacinta (1980), Los gozos y las sombras (1982), Juanita la larga (1982), El mayorazgo de Labraz (1983), Los pazos de Ulloa (1985) y La Regenta (1995).

Cañas y barro se rodó en un poblado que se construyó a la entrada de El Palmar, en el Racó de l'Olla, en el terreno de Isidro El Palleter que desmontó los decorados en contra de la opinión de los vecinos que intuían que aquel montaje habría atraído a más turistas.