El contrato por concesión del AVE Valencia-Castelló, otro similar en Galicia (que no incluye la plataforma) y un tercero pero aplicado a la autovía Benavente-Zamora (que cerrará el corredor de la Ruta de la Plata) serán de los primeros en licitarse en la Unión Europea mediante esta fórmula que incorpora a la iniciativa privada para construir infraestructuras sin aumentar el déficit público.

La complejidad de esta modalidad de contratos que, en el caso del AVE Valencia-Castelló, se ha aplicado a licitaciones que ya estaban en marcha e, incluso, adjudicadas por lo que tuvieron que anularse dos adjudicaciones, es lo que ha provocado el retraso de casi un año en volver a licitar este trazado de alta velocidad.

El Ministerio de Fomento anunciaba el pasado sábado que ya había enviado a la Unión Europea la licitación del tramo de alta velocidad Valencia-Castelló por un importe total de de 1.328 euros, a través del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) (aún no publicado).

que se podrán subdividir en varios lotes, y que contemplan los proyectos, la ejecución de las obras de plataforma, el montaje de vía y las instalaciones ferroviarias y el mantenimiento de todo este tramo de alta velocidad durante el periodo de vida útil de los activos. Uno de los contratos será el de las obras de plataforma y montaje de vía, en el que también se incluye la remodelación de la actual estación de Adif de Castelló, que asciende a 1.074 millones de euros (IVA incluido) y contempla también el mantenimiento de lo construido por un periodo de 25 años. El otro contrato del Valencia-Castelló se refiere a la licitación de las instalaciones de energía, señalización, telecomunicaciones fijas y móviles, y de protección civil y seguridad se prevé que ascienda a 254 millones de euros (IVA incluido), y también incluye el mantenimiento durante el periodo de vida útil de los diversos activos. Entre las novedades que incluirá esta concesión es la colaboración entre la administración y la empresa privada. Adif abonará el 40% del coste de la obra según las empresas vayan aportando las certificaciones de obra y será el 60% restante lo que tengan que aportar las mercantiles privadas. Éstas recuperarán su dinero mediante un cánon anual en función de la disponibilidad y las buenas condiciones de la infraestructura (que se reduce si no está perfecta). El cobro de esta cantidad no se fía al tráfico porque esta fórmula ya no resulta atractiva para las entidades financieras.

Una vez adjudicado el lote del Valencia-Castelló se podrá fraccionar en tramos, según convenga a las adjudicatarias, que podrá aprovechar los proyectos de construcción redactados por Fomento o redactar unos propios, adaptados a su presupuesto, pero siempre bajo supervisión de los técnicos de Adif. El medio centenar de uniones temporales de empresa que se presentaron a cada una de las licitaciones del AVE a Galicia, la carretera de Benavente o incluso la señalización del AVE Albacete-Alicante hace ser optimista a los responsables del Ministerio de Fomento ante la concesión del AVE a Castelló. Aunque la decisión no se conocerá hasta después del 20-N.