Ochenta militares valencianos participarán a partir de enero en la dirección del cuartel general de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán (ISAF). El contingente se establecerá en Kabul y será relevado durante el segundo semestre del año por otros ochenta valencianos. Los militares de la base de Bétera que se integrarán en la misión son profesionales de alta formación que están adscritos al Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN (HQ NRD-SP).

La preparación de los militares valencianos ha sido clave por el peligro al que se enfrentan. No en vano, la misión de Afganistán es la que más vidas humanas ha costado al Ejército. España participa en el despliegue de fuerzas internacionales ISAF junto a medio centenar de países desde enero de 2002. La ISAF fue creada en 2001 por mandato de la ONU y está bajo control de la OTAN desde 2003.

Los efectivos han recibido formación para que estén preparados para el choque cultural al que se van a enfrentar en Afganistán. Una parte fundamental de la preparación se ha centrado en las precauciones que deben adoptar con las bombas caseras o como las denominan en el argot militar Improvised Explosive Device (IED) cuando tengan que desplazarse. Los terroristas cometen el noventa por ciento de los atentados con bombas caseras activadas por control remoto. La ciudad de Kabul es especialmente peligrosa porque tiene una trama urbana caótica formada por casas de adobe de una planta donde es fácil ocultarse tras colocar una bomba casera. Los desplazamientos son complicados y tendrán que moverse en convoyes de vehículos blindados dotados con inhibidores de frecuencia.

El general de división Javier Cabeza será el segundo del mando operacional en Afganistán. La elección de Cabeza se debe a la importante contribución que hará España en el cuartel de Kabul. Javier Cabeza tiene una amplia experiencia internacional —ha estado destinado en Estrasburgo (Francia) y Mons (Bélgica), y ha participado en misiones Sarajevo (Bosnia) e Iraq— y es el jefe del Estado Mayor Internacional del Cuartel General de Bétera desde marzo.

El despliegue de los militares valencianos adscritos a la OTAN coincide con el inicio de la reducción de fuerzas, que finalizará en 2014. El Gobierno anunció hace unas semanas que en el primer semestre de 2012 volverán a España un diez por ciento de los 1.521 profesionales que forman parte de la fuerza internacional. Fuentes militares recordaron que los efectivos que van a ser desplegados en Kabul a partir de enero no van en su condición de españoles sino como integrantes de unidades multinacionales.

Los objetivos de las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán son proporcionar seguridad a la población, promover el desarrollo del país, apoyar la gobernabilidad y preparar a la policía y al Ejército afgano. La misión de los valencianos adscritos a la OTAN terminará a finales de 2012. Hasta ese momento, formarán parte del cerebro de ochocientos militares que dirigen desde el cuartel central de Kabul, que está en un antigua base soviética, a los más ciento treinta mil efectivos internacionales desplegados en territorio afgano.

Inicio del repliegue

En la operación liderada y dirigida por la OTAN a requerimiento de la ONU participan los 130.000 militares de 48 naciones. El país que más aporta es Estados Unidos con 90.000 efectivos, pero está a punto de iniciar un repliegue a gran escala de las tropas.

Los militares valencianos estarán encuadrados en el segundo nivel de mando de la Fuerza de Seguridad Internacional (ISAF en su nomenclatura inglesa). En el primer nivel está el HQ de la ISAF que manda la operación y el cuartel general al que va destinado el personal de Bétera es el denominado ISAF Joint Comand (IJC). El HQ de la ISAF dicta qué hacer y el IJC cómo ejecutarlo.

Bétera contribuye a la misión con personal de alta cualificación. Los militares valencianos son especialistas en gestión de guerra electrónica, personal, logística, táctica, inteligencia, informática, transporte y comunicación.

Instrucción con el Eurocuerpo

La instrucción con la que se están preparando para trabajar en Afganistán la ha marcado la Alianza Atlántica. En la formación ha primado el conocimiento de la cultura, la geografía y las condiciones sanitarias del país. La profesionales han perfeccionado el inglés ya que es la lengua en la que van a trabajar durante toda la misión. Los miembros del cuartel de Bétera que se van a desplazar a Afganistán en enero realizaron una instrucción conjunta con el Eurocuerpo para preparar su misión en Kabul. Entre los dos cuerpos aportarán el 30 % de los ochocientos militares que son el cerebro de las operaciones militares.

Noventa y ocho españoles muertos

La muerte el pasado día 6 de noviembre del sargento primero Joaquín Moya Espejo, de 35 años, elevó a 98 el número de militares españoles que han perdido la vida desde el inicio del despliegue en Afganistán en 2002. De ellos, noventa y cinco pertenecían al Ejército, dos a la Guardia Civil y el último era un traductor. Joaquín Moya formaba parte de un Equipo de Operativo de Asesoramiento y Enlace que instruye al nuevo Ejército Nacional Afgano en las tareas de despliegue en la provincia de Badghis. r. f. valencia