Un poco antes de iniciarse la marcha de los "indignados de blanco", un agente de la policía nacional daba cuenta a sus mandos a través de su walki-talki de las frases estampadas en las pancartas que sostenían los miembros de las Juntas directivas de los tres colegios de farmacéuticos de la Comunitat Valenciana, de la patronal Farval y de la Asociación de Auxiliares de Farmacia. "Vela paga, el tiempo se te acaba", "Se siente, Alicante está presente", "La farmacia no resiste más"..., pronunciaba quedamente el hombre para que los de arriba se enteraran de lo que se cocía en los aledaños de la sede del colegio de Valencia momentos antes de iniciar la marcha de protesta hasta la Conselleria de Economía que finalizó en el Palau de la Generalitat.

Boticarios de Alicante, Castelló y Valencia lanzaron ayer sus gritos y consignas como una piña con un aire de enfado más que palpable. "La farmacia valenciana no puede más", declaró María Teresa Guardiola, presidenta de Valencia, que agregó que las farmacias han agotado su crédito y su dinero.

"Los reiterados retrasos en el pago de la facturación a las oficinas de farmacia por parte de la Generalitat nos ha dejado en una situación económica tan debilitada que no podemos garantizar las existencias de medicamentos para dispensárselos a la población", declaró Jaime Carbonell, el portavoz de Alicante.

La protesta de ayer es la antesala de un paro de tres días que las 2.400 farmacias de la Comunitat Valenciana protagonizarán los días 19, 20 y 21 de este mes. Durante estas tres jornadas, dejarán de dispensarse alrededor de 920.000 recetas de la SS, a un promedio de 306.883 recetas diarias. Durante los tres días de huelga, en la ciudad de Valencia solo permanecerán abiertas 14 farmacias de guardia y 268 en toda la provincia.

"El impago por parte del Gobierno valenciano es el suceso más grave que le ha ocurrido al sistema público de salud", declaró Guardiola que agregó que el incumplimiento de los compromisos de pago por parte del Consell (no pagaron 60 millones prometidos antes del 10 de este mes), "impide a las farmacias seguir financiando como hasta ahora al sistema público de salud".

Varios farmacéuticos confirmaron a Levante-EMV que el desabastecimiento de medicamentos ya es un hecho, "y aunque legalmente no puedes dejar de despachar, llegará un momento que no podré dar algo que no tengo", declaró Arturo, de Castelló que se sumó a los gritos de "Manos arriba, esto es un atraco", que arrancaron frente a la puerta cerrada a cal y canto de la Conselleria de Economía, donde los pitos acompañaron los gritos de "mentirosos, cobardes, tramposos, morosos".