La empresa Orange Market fue constituida en Algemesí el 24 de julio de 2003 y fue presidida por Álvaro Pérez «El Bigotes» desde que un año después Francisco Correa lo envió a convertirse en el comercial de su grupo en la Comunitat Valenciana. Correa y Crespo abrieron delegación en Valencia para que la marca sucesora de Special Events se convirtiera en firma de cabecera del PPCV en la organización de todos sus actos, papel que desempeñó su antecesora en Génova cuando mandaba José María Aznar. En los seis años transcurridos desde que nació la empresa de El Bigotes hasta que Garzón desplegó la operación Gürtel, Orange Market fue contratista del Consell, del PP y actuó como agencia de publicidad.

En todo ese tiempo, el diario Levante-EMV recibió sólo dos anuncios de esa firma. Propaganda precisamente de actos del PP. Sobre una concentración contra el terrorismo convocada por el partido en Madrid, en marzo de 2007, y sobre un acto de Camps y Rajoy en la Feria de Muestras, en octubre de ese año. Ni uno más. Los ingresos del PP, vía Orange Market, ascendieron a 3.704,11 euros. Buscando a fondo en el archivo comercial este diario ha encontrado otros dos encargos por 3.554 € llegados a través de una conocida y reputada agencia que, a su vez, tenía a la empresa de «El Bigotes» como cliente.

Desde cuatro años antes de estallar el caso, Levante-EMV fue destapando en exclusiva los negocios de Crespo, El Bigotes y compañía. Un centenar de noticias daban cuenta de las adjudicaciones del pabellón de Fitur, las conexiones de la trama con paraísos fiscales o las irregularidades detectadas por el Síndic de Comptes.

La inquina de «El Bigotes» con este diario

Las grabaciones del sumario Gürtel evidencian el resquemor que siente «El Bigotes» hacia este periódico. En una de las cintas llama «hijos de puta» a los periodistas que publicaron informaciones sobre sus negocios con la Generalitat y el PP. En su declaración ante el juez Garzón, el 12 de febrero de 2009, fue elocuente:«Hay un periódico en la Comunidad Valencian, que es Levante-EMV, que cuando saco la cabeza me machaca».

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Editorial: Las mentiras de un presunto delincuente