Los contratos menores —aquellos cuyo importe no supere, sin incluir el IVA, los 50.000 euros en los encargos de obras y los 18.000 euros en el resto— resultaron, en apariencia, una «merienda de negros», según se desprende del informe de la Sindicatura referido a 2010. Este tipo que contratos, que otorgan a dedo y no exigen ni fiscalización previa ni obligación de comunicarlos al Registro Oficial, nutrieron en su día buena parte de las adjudicaciones a la trama Gürtel en diez conselleries. Pues bien, el auditor advierte en su informe que la revisión de estos encargos «pone de manifiesto la existencia de una cierta concentración de contratos menores en un número reducido de empresarios». La incidencia la hace a los contratos menores de Educación y Gobernación pero el Síndic advierte que es «extensible, en su caso, al resto de conselleries». Sólo en Educación y Sanidad se adjudicaron 6,5 millones por esta vía.

El 45,2% de contratos, a dedo

La auditoría evidencia asimismo que la Generalitat tramitó 1.310 contratos por un volumen de 1.137,2 millones. Del total de adjudicaciones, casi la mitad, el 45,2% (592), lo fue por procedimiento negociado (a dedo, previa petición de tres ofertas), mientras el 54,4% (712) se tramitó mediante procedimiento abierto. En 2009 los contratos por procedimiento negociado fueron el 34%. No obstante, en volumen adjudicado, el 72,4% lo fue por sistema abierto y el 27,4%, a dedo. En cuanto a la inversión en obras, el importe adjudicado cayó de los 725,9 millones de 2009 a 647 millones en 2010.

El Síndic de Comptes también denuncia en su informe que el sistema de pago arbitrado por el Consell para los proveedores y para sus propios organismos —el denominado «confirming», que implica que los bancos adelantan el pago y luego el Consell de lo abona— vulnera la ley estatal de morosidad, que en 2010 rebajó de 60 a 55 el plazo para abonar. El «confirming» alarga el plazo hasta los 120 días, aunque los bancos pueden anticipar el pago «con una deducción por descuento comercial».