El Síndic Major de Comptes, Rafael Vicente Queralt, evitó ayer poner paños calientes a la situación financiera de la Generalitat. El informe del órgano de fiscalización de las cuentas del Consell en 2010 es «una confirmación de la situación crítica existente», manifestó tras hacer entrega de la auditoría al presidente de las Corts, Juan Cotino. Vicente Queralt explicó que «en aquel momento —en referencia al 31 de diciembre de 2010— era ya evidente una situaciones muy, muy, muy compleja» de las finanzas autonómicas, con «una disminución sustancial de los ingresos de un 10,6%».

A modo de SOS financiero, el máximo responsable de la Sindicatura añadió que el informe refleja la «necesidad de revisar la financiación y de contemplar un sistema nuevo que permita salir de esta situación». Esta necesidad se justifica porque la Comunitat Valenciana, dijo, «está situada en el segundo lugar empezando por la cola en la financiación de las comunidades autónomas en España». El sistema, se aplicó por primera vez en 2009, «es bastante reciente pero la modificación que ha conllevado la crisis en muchos de los elementos que entran en el cómputo [del reparto de los fondos] hace necesario revisarlo, y entrar en un nuevo sistema que permita contemplar otros parámetros».

Pese al negro panorama pintado, Vicente Queralt aseguró —en contra de lo que recientemente vino a decir el líder del PSPV, Jorge Alarte— que la valenciana «no es la Grecia de las autonomías», sino que es «un elemento fundamental en una crisis muy grande y una comunidad como ésta que ha estado durante muchos años con una deficiencia de financiación, al final es la que paga el pato en la cola de la crisis». «Pero no nos van a rescatar», apostilló.

El Síndic sube la hipoteca de gasto futuro hasta los 28.152 millones

La auditoría corrige a la Generalitat en el volumen de compromisos de gasto con cargo a ejercicios futuros que el Ejecutivo autonómico reconoció al cierre de 2010. El Consell los cifró en 26.109,9 millones, pero el Síndic advierte que faltan otros 2.042,9 millones, hasta sumar 28.152,8 millones. Una cifra que equivale a más de dos presupuestos de la Generalitat.

El importe no reconocido comprende la parte de las facturas en los cajones reconocidas, por importe de 1.398,3 millones, a devolver a los bancos hasta 2017; 92,5 millones del convenio de 2002 de Feria Valencia; el plan de inversiones de las universidades, 523,6 millones; y los compromisos de un contrato, 28,5 millones de euros. El Síndic constata que el Consell cambió el criterio de cómputo de los intereses de la deuda, con el fin de reducir el escandaloso volumen de hipoteca futura que resultaba, 35.126 millones al cierre de 2009.