Si los discursos pronunciados ayer por todos los miembros del Consell se sometieran a una sesión de psicoanálisis, el diagnóstico sería claro: se avecina una noticia dolorosa y los consellers, con el presidente Alberto Fabra y su discurso de Año Nuevo al frente, aplican una dosis extra de anestesia para reducir el dolor de los recortes. Fabra, en línea con los mil millones en recortes que anunció el domingo, aludió en varias ocasiones a "los actuales momentos complicados, el año difícil y los sacrificios" que habrá que hacer para "convertir la Comunitat Valenciana en el referente de España, que nos demandan los valencianos". Y, para ello, está dispuesto a "compartir decisiones complicadas y trabajar con esfuerzo y sacrificio" junto al Gobierno que preside Mariano Rajoy, según aseguró en la toma de posesión del nuevo vicepresidente, José Císcar, y de la nueva consellera de Educación, Maria José Català, que se celebró ayer en el Palau de la Generalitat.

Un acto al que asistió la plana mayor del PP valenciano, además del ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, o el diputado Ignacio Gil Lázaro, pero en el que se notó la ausencia del presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, (sí que estaban los de las diputaciones de Castelló y Alicante), a quien ya molestó tener que enterarse por la prensa de la penúltima remodelación del Consell del pasado mes de julio. No obstante, desde la institución provincial se apresuraron a anunciar, alrededor de las 14 horas, que Rus sí que asistiría por la tarde a la toma de posesión de Paula Sánchez de León como nueva delegada del Gobierno, para despejar cualquier posible lectura de un nuevo distanciamiento con el presidente Fabra.

En el segundo acto protocolario del día, el traspaso de poderes de Sánchez de León a José Císcar, el nuevo vicepresidente del Consell ahondó en la teoría de los tratamientos de choque para atajar el momento "muy, muy delicado" que se atraviesa actualmente. "Vamos a poner en funcionamiento la maquinaria de la Comunitat Valenciana. Y para ello pedimos sacrificios, que tendrá resultados. Vamos a aplicar un tratamiento agresivo para el enfermo pero que permitirá curar la enfermedad, aseguró Císcar en referencia a las medidas de ahorro de mil millones de euros en el sector público (que se anunciará a los sindicatos en la mesa de función pública el miércoles). Al finalizar el acto y, en respuesta a los periodistas, Císcar evitó adelantar las medidas que se adoptarán en el pleno del Consell del próximo jueves, aunque admitió que serán "dolorosas, aunque no irán por la línea del copago". "Cuando hay un enfermo de cáncer tienes que aplicar un tratamiento que en el momento en que está aplicándose parece que el paciente todavía esté más enfermo por los efectos de la medicación, pero tienes que aplicarlo para salvarle". El jueves también se aprobará un decreto de fomento del emprendimiento y del empleo joven.