El Gran Premio de Europa de Fórmula 1 en Valencia ha caído en desgracia en el seno de la Generalitat Valenciana en tan sólo seis meses. De intocable con el gobierno de el expresidente Francisco Camps a prescindible con el nuevo ejecutivo de Alberto Fabra. De querer prolongar su contrato hasta 2020 se ha pasado a la idea de finiquitarlo cuanto antes. Los sueños de grandeza, glamur y el escaparate mundial ha dado paso a la cruda realidad de los recortes y austeridad total. Pero cancelar la prueba que se celebra en el circuito urbano le podría costar al Consell más de 40 millones de euros, en el caso de suspender las ediciones de 2013 y 2014, que junto a la de este año siguen vigentes en el contrato con Bernie Ecclestone.

No es una decisión fácil para el gobierno de Alberto Fabra, que hereda una carrera cara y deficitaria. El expresidente Francisco Camps firmó un contrato con Bernie Ecclestone para celebrar la carrera de 2008 a 2014. El mismo incluía también una cláusula de renovación hasta 2019.

Las cuatro ediciones anteriores han sido totalmente deficitarias, como demuestra el hecho de que el organizador de la carrera, Valmor Sports, ha sido «nacionalizado» por la Generalitat con una deuda de 30 millones de euros. El Consell ha abonado hasta la fecha otros 80 millones de euros en concepto del canon por el período que va de 2008 a 2011.

La edición 2012 está programada para el 24 de junio y su celebración está garantizada, ya que ya se ha puesto en marcha la venta de entradas y la carrera ha sido ratificada por la Federación Internacional de Automovilismo. Sin embargo, la Generalitat, como anunció el pasado jueves, no garantiza que se celebren las ediciones de 2013 y 2014. La política de grandes eventos «está en completa y absoluta revisión», dijo al respecto el vicepresidente del Consell, José Ciscar.

«Hay que cumplir los contratos»

¿Qué ocurre si la Generalitat rescinde su contrato con Ecclestone? Probablemente el dueño del Mundial de Fórmula 1 cobraría íntegramente el canon de las ediciones que se cancelaran. Aunque no hay cifra oficial al respecto, se especula que en conjunto la cantidad rebasaría con creces los 40 millones de euros. Ciscar admitió el pasado jueves que la Generalitat está en una situación de «cierta debilidad» dado que existen «contratos que están firmados con anterioridad» y añadió que en la Comunitat Valenciana «tenemos por costumbre cumplir lo que tenemos acordado» al tiempo que advirtió que normalmente la resolución unilateral de un contrato que está firmado «obliga a pagar indemnizaciones y penalizaciones».

Existe un precedente muy reciente respecto a las leoninas condiciones con las que Bernie Ecclestone firma sus contratos. Baréin canceló el año pasado su Gran Premio por las revueltas sociales que azotaron al país del Golfo Pérsico. El magnate británico dijo que no les haría pagar el canon porque se trataba de una suspensión «por fuerza mayor», pero a los pocos días se supo que el Gobierno emir abonó 28,7 millones de euros al patrón de la F1.

Resulta curioso que en 2011 el Gobierno de Camps renunció a pedir una rebaja del canon a Ecclestone porque el contrato estaba blindado. Sin embargo, el pasado jueves el actual vicepresidente del Consell, José Ciscar, aseguró que le enviarían una carta a Ecclestone solicitándole una renegociación del acuerdo. Parece muy poco probable que el magnate británico acepte una revisión. Lo firmado es intocable.

El dilema de la Generalitat es rescindir el contrato —y pagar más de 40 millones de penalización— o asumir la celebración de la prueba hasta 2014 pese a las pérdidas que supone su organización.