La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, exteriorizó ayer el malestar y la distancia que la separa del presidente Fabra respecto a la política de grandes eventos y más exactamente sobre la Fórmula 1, un acontecimiento deportivo con el que la alcaldesa se ha comprometido personalmente y que el nuevo Consell tiene previsto revisar a la baja. Acogiéndose a informaciones que la acusan de negociar por su cuenta con Bernie Ecclestone, dijo, "con dolor", que "los enredos están volviendo al seno del PP de la Comunitat Valenciana", una actitud contraria a su política de "lealtades" y de trabajo en "equipo". Si hay que recortar, su sugerencia es dejar de retransmitir las carreras por Canal 9 y con ese dinero pagar el canon.

El debate sobre la Fórmula 1 no es nuevo. El Gran Premio de Europa ha sido ampliamente cuestionado por la oposición y la que ha sido una apuesta del anterior Consell, el presidido por Francisco Camps, es ahora cuestionado incluso por el equipo de Gobierno que preside Alberto Fabra.

La última vuelta de tuerca la dio la semana pasada el vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar, al anunciar que dirigirá una carta al propietario de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, para plantearle una renegociación del contrato, sin descartar incluso la anulación del gran premio, opción que les supondría, de ahí las cautelas, el abono de una fuerte indemnización.

Posturas encontradas

Esa decisión contrasta con la actitud que ha mantenido en todo momento Rita Barberá, que hace menos de un mes se reunió en Londres con Ecclestone precisamente para tratar de impulsar ese gran premio. Es más, las últimas decisiones del Consell podrían haber cogido por sorpresa a la alcaldesa de Valencia, de ahí que haya expresado su malestar con todo lo que está ocurriendo en torno a las carreras.

Utilizando como enganche unas publicaciones que la acusan de negociar unilateralmente el futuro de la Fórmula 1, aseguró, "con dolor", que "los enredos están volviendo al seno del PP de la Comunidad Valenciana". "Soy persona de lealtades y por tanto el partido y el Gobierno cuentan con mi más absoluta lealtad", relató Barberá, quien aseguró que "jamás he hecho ninguna gestión aquí ni en Londres que no haya sido por encargo o de acuerdo con el presidente Fabra, que es el que tiene que llevar la gestión adelante".

"No las entiendo (las publicaciones), están volviendo los enredos y me duele profundamente, porque no me gusta. Tenemos que ser un equipo", insistió la alcaldesa, que no quiso precisar más al respecto porque "igual me quedo corta".

A favor de los grandes eventos

En términos generales, Rita Barberá defendió los grandes eventos por la repercusión que han tenido para Valencia. Según dijo, "la ciudad ha sido elegida para grandes inversiones precisamente porque fue conocida por los grandes eventos". Un ejemplo es la apertura de la tienda Apple, que según dijo, vino a Valencia porque en ese momento "era la ciudad de España que más sonaba en la televisión". Y otro es que los niveles de turismo han subido a cifras nunca conocidas.

Aún así, Barberá es partidaria de "estudiar con absoluta claridad los retornos de esas inversiones", porque "si son favorables y productivos son una gran política de turismo y de promoción de la ciudad".

"Con lo que cuesta la retransmisión de Canal 9 podría pagarse el canon"

La defensa de los grandes eventos no es contradictoria con la aplicación de recortes en políticas no productivas. Con esa máxima, la alcaldesa de Valencia dejó abierta la posibilidad de replantearse algunos gastos que afectan a la Fórmula 1, concretamente el que supone la retransmisión de las carreras por Canal 9, más de 20 millones de euros, dijo, con los que podría pagarse el canon. "Yo no he visto en mi vida el contrato, pero por lo que dicen, simplemente con que lo retransmitiera la Sexta y no lo retransmitiera Cana 9 se habría pagado el evento y tendríamos esa presencia en el mundo" calculó Barberá, quien puntualizaba a cada momento que esa decisión ha de tomarla el consell y no ella. Ayer, fuentes de Canal 9 precisaron que el contrato vigente, que finaliza en 2013, contempla el pago de 22 millones de euros por cuatro años, es decir, 5,5 millones por cada temporada, una cifra muy alejada de los 20 millones que se pagan de canon. Aseguraron, así mismo, que suspender las retransmisiones les obligaría a abonar una indemnización muy cercana a esa cantidad, de tal forma que anularlas saldría igual de caro que seguir ofreciéndolas como hasta ahora

Cataluña se plantea también revisar su contrato, que finaliza en el año 2016

El conseller de Economía y Conocimiento de la Generalitat Catalana, Andreu Mas-Colell, se refirió ayer al gran premio de Fórmula 1 que se celebra en Montmeló para asegurar que es caro para las arcas autonómicas, lo que dejaba abierta la puerta a una posible revisión de este gran evento. Sus palabras, sin embargo, tuvieron una respuesta inmediata del director del Circuit de Catalunya, Salvador Servià, quien aseguró que lo que pasaría factura es "prescindir" de ello. Servià se postuló por llegar a un mejor acuerdo con la FIA, pero en ningún caso se mostró de acuerdo en cancelar un contrato que está firmado hasta 2016. "Lo que es caro es que tenemos un impacto de 130 millones de euros y prescindir de la F1 es caro para el país", apuntó. Aún así, el director del Circuit de Catalunya manifestó que hay que ser "prudentes" en cuanto a la firma de contratos de larga duración, y se mostró amigo de hacer renegociaciones. "Se puede renegociar, pero para anular hay que incumplir términos. No nos planteamos violencia, sino diálogo", apuntó. Ayer, Rita Barberá dijo no creer que Cataluña esté pensando en suprimir su gran premio de Fórmula 1.