Madrid es, sin lugar a dudas, la urbe española que acoge mayor número de laboratorios de estudio científico de nuestro país. La capital cobija un total de 62 centros dependientes de organismos públicos, multiplicando por cinco el ratio valenciano.

Andalucía, con 29, es la segunda autonomía en el escalafón, seguida por los 25 centros instalados en Cataluña. Ambas autonomías duplican los registros valencianos. De hecho la C. Valenciana se sitúa sola en un furgón intermedio, ya que sobrepasa de forma leve los dos dígitos.

El resto de autonomías acogen menos de diez infraestructuras. Castilla y León (9), Galicia (7), Aragón (6), Asturias (5) y Baleares (4) formarían un tercer grupo en la división territorial. Las comunidades más marginadas en el reparto del pastel de la investigación científica son Castilla-La Mancha, La Rioja y Navarra, con un laboratorio. En las comunidades del País Vasco y Extremadura se ubican dos laboratorios y tres en Murcia y Cantabria.

Por tipología de organismos, Madrid siguen siendo la autonomía más importante. Acoge un tercio -43 de 132- de los organismos dependientes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Entidades del calado del Instituto de Salud Carlos III apuestan por la capital, con laboratorios tan importantes como el Centro Nacional de Epidemiología o el Centro Nacional de Microbiología. A su vez, tres referencias de la investigación en España, con estructura administrativa de fundación, también tiene su sede en Madrid. Tal es el caso del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) -auténtico escaparate de la investigación con ADN nacional-, el Centro de Investigación Cardiovascular (CNIC) y el Centro de Enfermedades Neurológicas (CIEN).

La única variable en la que pierde la capital de España es en el número de sedes del Instituto Geográfico y Minero de España (IGME). Madrid cuenta con una -igual que Valencia-. Andalucía cuenta alberga cuatro unidades y Castilla y León dos sedes.