El anuncio del presidente Fabra en su discurso de Año Nuevo de nuevas medidas para reducir el déficit en 1.057 millones vino precedido por la constatación en los despachos de Hacienda de un dato demoledor: el fracaso, con las cifras de ejecución del presupuesto de 2011 hasta el 30 de noviembre, del Plan de Ajuste de la Generalitat. En julio pasado, el Consell comprometió ante el Gobierno central en su Plan de Reequilibrio un recorte respecto a 2010 de gastos no financieros —todos, salvo la amortización de deuda y la inyección de capital en el sector público— de 1.949 millones, una cifra que incluía ocho entes públicos y que el Consell concretó después en 1.400 millones de reducción en las conselleries y más de 400 en empresas y organismos.

Sin embargo, a un mes de acabar el año, los informes de ejecución presupuestaria —que sólo reflejan el gasto de las conselleries— ponían de manifiesto que las medidas adoptadas sólo habían logrado reducir el gasto en un máximo de 249 millones, incluyendo la factura de farmacia que el Consell dejó de reconocer a partir de septiembre. En concreto, los gastos no financieros hasta noviembre de 2011 ascendían a 12.208 millones, a los que hay que sumar el coste de los medicamentos de tres mensualidades (a razón de unos 120 millones al mes), más 63 millones dados de baja en octubre. En total, unos 425 millones en las transferencias corrientes que, sumados a los 12.208, da un gasto real de 12.633 millones.

López: "Mera propaganda"

Hasta noviembre de 2010 el Ejecutivo asumió obligaciones entre los capítulos I a VII por 12.762 millones, a los que hay que sumar un mes de farmacia no reconocido hasta entonces. En total, 12.882 millones. La diferencia da los citados 249 millones de recorte máximo, muy lejos de los 1.400 garantizados a Madrid. De ahí que el portavoz socialista en Hacienda, Julián López, denunció ayer que los planes anunciados por el Consell fueron «una mera operación de propaganda, sin contenido real, porque no atacaban el corazón del derroche». La falta de resultados, añadió, llevó a Fabra a anunciar el nuevo ajuste de 1.057 millones pero, en lugar de segar en los focos del despilfarro, recalcó, «el recorte será a costa de la rebaja de los sueldos de los maestros, enfermeros o médicos y un aumento de impuestos que alcanzará a todos los valencianos».