En medio de un clima de malestar creciente entre dirigentes populares con el presidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, éste convocó ayer para el próximo martes, a las 19 horas, una reunión de la Junta Directiva Regional, máximo órgano entre congresos y donde se sientan todos los que tienen capacidad de influencia en el partido.

La convocatoria, la víspera de su comparecencia en las Corts para informar de los recortes y del decreto ley de medidas urgentes para reducir el déficit en 1.057 millones, tiene como finalidad formal la de explicar a la plana mayor del PPCV, antes de hacerlo a la Cámara, las medidas de ajuste del Consell, algunas muy polémicas, como la subida del IRPF o los recortes salariales a los interinos.

Pero la cita tiene una doble finalidad. Fabra trata de frenar el cada vez más enrarecido ambiente interno por las últimas decisiones del Consell, que suponen un corte drástico con las anteriores políticas. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha dado voz a ese clima de reprobación. Que alcanza, además, a otros dirigentes del partido, quienes acusan al jefe del Consell en privado de no haberles consultado unas medidas que consideran «un corte abismal con el pasado». Los dirigentes alegan que no fueron avisados para preparar a la organización sobre la determinación del Consell y poder hacer pedagogía acerca del profundo cambio instaurado.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, expresó en público esta opinión, que alcanza otros ámbitos de la administración, al manifestar que «los enredos han vuelto al partido», molesta con la política de revisión de los grandes eventos, en especial de la Fórmula 1, de la que ha sido excluida en la toma de decisión. Barberá achaca a Fabra también la voluntad de guillotinar la anterior etapa de Camps con continuos mensajes contra la corrupción.

Ese cambio de clima, entiende la alcaldesa, supone una censura al anterior jefe del Consell, Francisco Camps, quien, según fuentes del PP, pasa por una difícil situación al tener que sentarse cada día en el banquillo de los acusados. Además, Barberá —que ayer intentó quitar hierro a su distanciamiento con Fabra— está en total desacuerdo con la investigación anunciada por Fabra sobre Emarsa, que implica a parte de su equipo.

El clima enrarecido ha provocado que la alcaldesa de Valencia y el presidente de la Diputación, Alfonso Rus, cuyas disensiones eran públicas, estén promoviendo una alianza de cara al congreso regional, que se celebrará en abril, para contrarrestar la supremacía del presidente. Ambos están dispuestos a pactar un candidato a la secretaría general si el actual titular, Antonio Clemente, se viera impelido por Fabra a dejar el cargo. En medios del PPCV se interpreta esta liga de intereses como un toque de atención al líder del PPCV y como una estrategia para limitar el poder del presidente del partido, que juega una partida en el PPCV con otros apoyos, entre ellos el de Serafín Castellano.

Con ayer, ayer hubo gestos en la línea de la distensión. Además de las declaraciones de Barberá expresando su respaldo a Fabra, también Rus evitó comparecer ante la prensa tras su reunión con Castellano, eludiendo así dar más carnaza a las desavenencias.

La reunión de la Junta Directiva del PP valenciano ha de servir a Fabra para detallar en el partido las determinaciones en el campo fiscal en torno a una reflexión sobre la difícil situación que está atravesando la Generalitat. Es posible que Fabra pida abiertamente la colaboración del partido dado el escenario extraordinario al que se enfrenta la administración autonómica. Es su asignatura pendiente con el PPCV.

«Nadie entendería que nos perdiéramos en disputas internas»

El conseller de Gobernación, Serafín Castellano, dijo ayer que «nadie entendería que el Partido Popular se perdiera en disputas internas» de cara a los próximos congresos regional y provinciales. «No se pueden perder energías en eso», indicó el conseller para añadir que «cuando llegue el momento, se hablará de los congresos».

Al ser preguntado por los próximos congresos de la formación, remarcó que «de lo que hay que preocuparse y ocuparse es de la crisis económica, de crear empleo y de los ciudadanos». «El congreso regional es en abril y el provincial es dentro de medio año. Cada cosa a su tiempo», subrayó. Castellano considera que el PPCV será «inteligente y hará las cosas bien, no habrá ningún tipo de problema y los congresos se harán desde la democracia».

Castellano no cree que haya tensiones dentro del Consell ni del PP. «Cuando se toman decisiones es bueno que haya debate y más cuando son complejas y necesarias», indicó. Y agregó que «los gobiernos deben asumir responsabilidades y tomar decisiones, y éste lo hace y lo seguirá haciendo», apostilló Castellano tras entrevistarse con Alfonso Rus.