Manuel Broseta Pont habría cumplido en 2012 los 80 años, si la banda terrorista ETA no se hubiera cruzado en su camino el 15 de enero de 1992. Un nutrido grupo de amigos y sus familiares directos lo recordaron ayer en la avenida Blasco Ibáñez de Valencia, junto a la columna (réplica de las que delimitan el Claustro de la sede de su querida Universitat) erigida "in memoriam" del que estaba llamado a ser líder de la derecha valenciana en los años 90.

Pablo Broseta, hijo del jurista, aseguró que el homenaje de ayer al "padre, amigo y maestro" es como "un homenaje a casi un millar de asesinados" por ETA -como Tomás y Valiente, Luis Portero...-, unos meses después de que la banda anunciara el "cese definitivo" de la violencia. Una nueva situación frente a la que no cabe la clemencia. "¿Qué pensaría nuestro padre ante esta nueva situación? Un "no" rotundo, porque mi padre era un hombre de ley que siempre defendió que en democracia la ley debe ser igual para todos . Por eso los terroristas deben disolverse, pedir perdón y reconocer el daño causado a la sociedad, someterse a la ley y a la justicia".

El cese de la violencia tampoco lleva a relajarse a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, también presente en el acto de homenaje al profesor Broseta. Al ser preguntada por el anuncio del lehendakari, Patxi López, de retirar los escoltas a los viceconsejeros del Gobierno vasco, Barberá fue rotunda: "El ministerio del Interior ha dicho claramente que no hay que bajar la guardia. No hay más. No hay que bajar la guardia y yo no bajo la guardia". Barberá aseguró durante su intervención ante los asistentes que "nuestras víctimas no pueden caer en el olvido. Son la poderosa razón para no transigir ante quienes, desde el mundo de los violentos, reclaman ahora generosidad y olvido de todo el sufrimiento que han causado durante décadas".

También participaron en el homenaje la Delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León, el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, los otros dos hijos de Broseta, Bruno y Manuel, junto a todos los nietos que hoy tendría el profesor. Y amigos y alumnos del jurista valenciano como Carmen Alborch, Manuel Ángel Conejero, Maria Consuelo Reyna, Rafael Ferrando (nuevo presidente de la Fundación Broseta) y su antecesor, Vicente Carbonell, entre muchos otros.