La Tinença estaba ayer como se la encontró el botánico Cavanilles hace 200 y pico años, con sus cimas cargadas de nieve. Pero si bien el botánico valenciano señalaba que "solían estar así la mitad del año", la vida de la nieve en las montañas será efímera y a duras penas llegarán al fin de semana como muchos desean. Ayer el deshielo se aceleró en zonas medias como el Boixar, hacia los 1.000 metros y donde a primera mañana había vuelto a nevar. En Fredes la nieve cuajó acumulando entre 5 y 10 centímetros por encima de los 1.000 metros y entre 20 y 40 en la zona de los 1.200 metros de altitud. Algo similar se produjo en otros puntos del interior, como Vistabella, donde al entretenimiento para los más pequeños se unieron las dificultades de la gente mayor para caminar. La Generalitat retiró la preemergencia pero obligaba a usar cadenas en seis carreteras de las comarcas de Els Ports, l'Alcalatén y l'Alt Maestrat.

En Alicante, las lluvias provocaron el hundimiento parcial de una casa en Alcoi, de cuyo interior tuvieron que ser desalojados dos vecinos, así como de otra en Cocentaina, que también provocó la salida precipitada del único residente. Las precipitaciones, que acumularon cantidades superiores a los 125 litros por metro cuadrado en distintos puntos de l'Alcoià y El Comtat, también dañaron infraestructuras agrícolas y obligaron a cortar caminos por la crecida del Serpis.

La borrasca tuvo su preámbulo el lunes, con las ligeras precipitaciones en forma de nieve que se registraron en las montañas más altas de l'Alcoià, El Comtat y la Marina Baixa, caso de Aitana, donde llegó a cuajar, y también los picos del Montcabrer en Mariola y el Menejador en la Font Roja. Estas tenues nevadas dejaron paso ayer a la lluvia, que descargó con furia sobre estas mismas comarcas, hasta el punto que se llegaron a acumular más de 125 litros de agua por metro cuadrado en Alcoi, Beniarrés y Confrides. La espectacular crecida del río Serpis, obligó a cortar caminos de Cocentaina y Muro, anegados por el agua.