La tragedia se hizo patente la noche del viernes en la localidad de Navajas. La fatalidad y la casualidad hicieron que un vecino de Almàssera, José Enrique Valero, de 45 años de edad, perdiera la vida en el acto cuando un toro embolado lo aplastase propinándole un golpe fatal en la cabeza que haría que perdiera la vida en ese mismo instante. Se trata del primer fallecido de 2012 en un acto de «bous al carrer».

Como destacaba a este diario la familia del fallecido, que es de Alboraia, se trataba de una persona muy conocida tanto en este municipio como en Almàssera, donde trabajaba en una fábrica de vidrio y perfilería de aluminio. Había sido hace años presidente del extinto club de frontenis de Alboraia. Su hermana, Mari Carmen, aseguraba que «ha sido una mala pata total», porque era una persona «cabal» y prudente cuando acudía a fiestas de este tipo. No pertenecía a ninguna peña, sino que de vez en cuando le gustaba ir a los «bous al carrer», pero sin salir delante del astado, siempre viéndolo desde la barrera. La familia descartaba totalmente que Jose Enrique hubiera entrado ebrio al recinto.

Un toro novato

El astado, de la ganadería de Daniel Machancoses salía a la plaza a las 12 de la noche para vivir su primera embolada. Inquieto y nervioso el animal cabeceaba sin parar por la inexperiencia de la situación. Tras cortar la cuerda el toro se dirigió directo hacia el lugar de los hechos al lado del centenario olmo, donde los mozos dejan los troncos de leña para ir echando a la hoguera y mantenerla encendida durante todo el día. Un lugar en el que como más espectadores, el fallecido se encontraba subido con el fin de visualizar, con mayor altura el momento de embolar.

El astado chocó contra los troncos, haciendo que el chico perdiese el equilibrio y cayese hacia detrás. En ese instante, el toro bajó de las maderas y, al parecer, pisó la cabeza del fallecido propinándole un golpe mortal, sin que los equipos sanitarios pudieran hacer nada por reanimarlo. Los otros dos aficionados subidos a los troncos pudieron saltar evitando al animal. El cuerpo fue trasladado al instituto forense donde se le practicará la autopsia mañana.

El fallecido acudió a las fiestas de San Antón de Navajas con un compañero de trabajo y una amiga que todos los años acudían a la localidad a ver los toros de las fiestas de San Antón. Dos amigos que, al parecer, se encontraban en la barrera en otro lado de la plaza y que no presenciaron en directo los hechos. Sin embargo, al ver que algo había sucedido, y que José Enrique no aparecía, se temieron lo peor y acudieron hasta el sitio para comprobar el fatal presentimiento.

Las banderas de los edificios municipales lucían ayer crespones negros en señal de dolor y luto por el fallecimiento, aunque, tras deliberar la situación, desde el municipio han apostado por continuar con las celebraciones.

Fan de Sprigsteen y deportista

La hermana de José Enrique destacaba que «era una persona muy alegre, que le gustaba mucho vivir la vida, muy conocido y muy familiar». Era un gran aficionado de la música de Bruce Springsteen, de hecho solía viajar para verlo y estaba relacionado con algún club de fans del músico norteamericano. José Enrique era soltero, pero como destaca su cuñado Vicente, era una persona muy deportista, con muchos amigos con los que gustaba de compartir el tiempo libre.

Según aseguraron los organizadores del evento y fuentes oficiales, la plaza cumplía con todas las medidas de seguridad pertinentes. A primera hora de la mañana de ayer, efectivos municipales retiraban los troncos del sitio donde se llevó a cabo el fatal desenlace. Por la tarde la policía autonómica estuvo en la zona investigando si las medidas de seguridad eran las adecuadas y si el montón de troncos era legal.

Su cuñado remarcaba que él era una persona prudente «que sabía dónde colocarse y cómo tratar al toro». Los restos mortales de Jose Enrique llegarán el lunes al tanatorio de Meliana. La misa en su recuerdo se celebrará en Alboraia, donde también será enterrado.