La ley de Residuos establece sanciones que van desde los 1.200 a los 30.000 euros. Sin embargo, son poco frecuentes y generalmente dependen también de que exista una buena ordenanza municipal, casi siempre menos exigente en sus cuantías que la norma estatal.

Recientemente, el Ayuntamiento de Llaurí lograba imponer tres sanciones de 1.000 euros, pero la sanción tipo se sitúa en torno a los 600 euros, lo que supone una tentación para jugar con la suerte y verter «gratis» si nadie les pilla.

Además, resulta difícil sorprender vertidos que se realizan frecuentemente en lugares remotos y en horarios nocturnos, aunque no siempre. En Quart existe una especie de «avenida de los escombros» que trae de calle a su ayuntamiento. Se encuentra junto a un establecimiento en el que se vende material de construcción. Para el edil de Urbanismo de Quart, Juan Campanario, existe una relación obvia. «La gente viene a comprar materiales y antes se deshace de los que lleva en la furgoneta», explica. El edil no recuerda la sanción vigente en Quart, pero si admite que es muy difícil combatir los vertidos con medidas punitivas. «En un término municipal tan grande como el de Quart la policía no puede llegar a todas partes. A veces limpiamos esta calle y a la semana está llena de escombros otra vez. Algunas mañanas hemos tenido que ir con máquinas porque el escombro bloqueaba un camino y la gente no podía entrar a las fábricas».