Una investigación del Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop) utiliza la nanotecnología para tratar de fabricar un calzado con nuevas funcionalidades que los actuales, y a un menor coste. La pionera línea científica a partir de la incorporación de estas minúsculas partículas (que se miden en millonésimas partes de un milímetro) ha comenzado a ser desarrollada por un equipo de la entidad, con sede en Elda. El objetivo es conseguir «ciertas propiedades», como por ejemplo que no se manche, que adquiera una mayor durabilidad o que su suela sea más flexible. Se podrá también fabricar calzado por ejemplo para los trabajadores pirotécnicos, con el fin de que los componentes pasen a convertirse en conductores, y de esta manera la electricidad se descargue en tierra.