A la espera de que a la cuarta sea la vencida, y mañana la Conselleria de Hacienda pague a los colegios concertados el tercer trimestre de 2011 que les debe por los gastos de funcionamiento, las Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana han comenzado a adoptar medidas. Muchos centros religiosos amanecieron ayer con carteles de protesta colgados en sus verjas y los padres han decidido enviar escritos de queja al presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

La titular de la patronal católica, Vicenta Rodríguez, evidenció su malestar ante el incumplimiento de la tercera fecha prometida-el Consell les había vuelto a asegurar que les pagaría el viernes pasado, lo que no se cumplió-. "Confiábamos en ellos por lo que la sensación es de desolación. Teníamos fe y lo esperábamos con mucha esperanza pero ahora lo que hay es necesidad de caridad" indicó ayer a Levante-EMV.

De hecho, aunque garantiza que los colegios no se van a cerrar, deja en manos de los responsables de los mismos y de las asociaciones de padres de alumnos, que son las dos partes que tienen que decidirlo, la posibilidad de cobrar las cuotas hasta que se resuelva el problema. "Cada centro puede tomar medidas dependiendo de los recursos de los que dispongan las familias" matizó.

Tanto la organización patronal, que representa a 277 centros con más 160.000 escolares., como la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos de Valencia han celebrado sendas reuniones este fin de semana ante el reiterado impago del viernes. Una cantidad que cifran para el tercer trimestre -quedaría el cuarto del medio año que la Generalitat les debe- en unos 22 millones aunque fuentes oficiales lo elevan a 35 millones.

"Este último incumplimiento ha dinamitado nuestra confianza en el Consell. El desplante nos obliga a adoptar medias de presión" subrayó Rodríguez a la vez que aseguró que "la situación en algunos centros es preocupante".