Finiquitar la empresa pública Ciegsa, creada en tiempos de Eduardo Zaplana para completar el mapa escolar, no va a salirle gratis al Ejecutivo valenciano. La Generalitat acaba de desembolsar 42 millones de euros para enjugar pérdidas de la sociedad cuyo futuro próximo pasa por la disolución, según los planes del Consell.

Eso sí, para echar el cierre antes habrá que afrontar los números rojos de una mercantil que ha sido deficitaria desde su creación.

El pleno del Consell aprobó el pasado viernes la ampliación del capital social de Ciegsa que queda constituido en 439 millones de euros, dividido en 146.270 acciones nominativas de 3.006 euros de valor nominal cada una. El vicepresidente y portavoz del Ejecutivo valenciano, José Císcar, dio cuenta de la operación en la rueda de prensa posterior a la reunión plenaria. Sin embargo, los detalles de esta operación se conocieron hasta ayer con la publicación del acuerdo en el Diario Oficial de la Comunitat Valenciana. La letra pequeña de la resolución revela que el acuerdo del Consell es continuidad de uno anterior, adoptado en hace casi un año, en concreto, el 11 de febrero de 2011. Fue entonces cuando el Ejecutivo valenciano decidió la ampliación de capital en 57 millones de euros. Según este acuerdo, el 25% de la ampliación del capital social, es decir, 14,3 millones de euros debía desembolsarse inmediatamente después de aprobada la ampliación. Se especificaba que el restante 75% sería inyectado antes del 31 de diciembre de 2011. Sin embargo, este calendario no se cumplió. El año 2011 se cerró sin que el Consell, con grave problemas de liquidez, pudiera desembolsar el dinero comprometido. No ha sido hasta el 20 de enero cuando se ha dispuesto del dinero, justo coincidiendo con los compromisos del Gobierno central de adelantar parte de las transferencias a la Comunitat Valenciana.

Así, aunque la inyección de fondos en Ciegsa estaba programada, su concreción se produce en un momento delicado cuando la lista de impagados va en aumento. Los retrasos en los pagos están poniendo en cuestión el mantenimiento de algunos servicios sociales. La operación de Ciegsa evidencia como el sector público valenciano sigue siendo un pozo sin fondo para la Administración. La reestructuración de las empresas públicas es el gran asunto pendiente del Consell después de los ajustes anunciados.