La biodiversidad no es solo un concepto abstracto. Puede medirse o al menos es posible aproximarse a su medida sabiendo cuántas especies, de qué tipo y en qué cuantía habitan en un territorio determinado. La Conselleria de Medio Ambiente de la Generalitat, ahora integrada en la de Infraestructuras y Territorio, se propuso en 2007 realizar un inventario que recopilara datos sobre la distribución geográfica de las especies silvestres en la Comunitat Valenciana.

Desde entonces, decenas de técnicos de la conselleria, agentes medioambientales, voluntarios y ciudadanos han ido incorporando al Banco de Datos de la Biodiversidad de la Comunitat Valenciana (BDB) miles de referencias. Si hubiera que habilitar hoy un Arca de Noé con la biodiversidad valenciana habría que buscar acomodo en la barca a 18.340 especies de fauna, flora y hongos. Buscarlos para el embarque no sería un problema: la conselleria dispone de 1.217.338 registros georeferenciados—localizados por GPS— sobre estas especies con una precisión mínima de 10 por 10 metros, aunque para gran parte de las citas la precisión es de un metro cuadrado.

En el último año, el número de citas disponibles —excluyendo las especies marinas— ha pasado de 803.446 a 1.050.448 y también se ha incrementado el número de especies de 9.398 a 10.018.

Un patrimonio a proteger

El director general del Medio Natural, Alfredo José González Prieto reivindica que la la Comunitat Valenciana «es uno de los territorios con mayor biodiversidad de Europa y, en número de especies, se sitúa por encima de la media de las regiones de España. Como muestra, sólo en flora nuestro territorio cuenta con 3.160 especies catalogadas, de las cuales, 350 son endemismos exclusivos». «Esta cifra —añade—duplica las especies de flora de países como Reino Unido, con 1.623 especies de flora, Noruega, con 1.715, o Suecia, con 1.714 especies».

Si se consideran los endemismos, los «pata negra» de la biodiversidad valenciana, las cifras son todavía más espectaculares. Frente a los 350 exclusivos de la Comunitat Valenciana, Francia tiene 133, Austria cuenta con 35, Reino Unido con 16, y Noruega, Suecia, Bélgica o Dinamarca únicamente tienen un endemismo botánico cada uno». La disponibilidad de estos datos permite elaborar todo tipo de índices, incluidos los que evalúan la biodiversidad de cada municipio o la evolución de la fauna y flora valenciana.

La conselleria ha desarrollado índices que reflejan desde el municipio más prospectado hasta el índice de riqueza territorial que refleja el número de especies por cada kilómetro cuadrado de superficie, pasando por el índice de riqueza de especies. En todos los casos se emplean, según explican los técnicos de la conselleria, tablas y logaritmos que «corrigen» las ventajas de los municipios más grandes o, en su caso, de los más pequeños—beneficiados en el índice de prospección— para poder ofrecer una estimación ajustada a la realidad de la importancia que cada municipio tiene para biodiversidad valenciana. Albergar especies prioritarias o endemismos también tiene premio en la clasificación. Así, municipios como Alcoi encabezan el índice de riqueza de especies seguido muy cerca por... Valencia, a quien benefician sus dominios sobre la Dehesa del Saler, el marjal y la Albufera y Vistabella del Maestrazgo.

Castellonet de la Conquesta, Paiporta y Fuente la Reina figuran entre los mejor prospectados y Novelé, otra vez Castellonet de la Conquesta y Segart presentan, por ese orden, el mayor índice de riqueza territorial.

El mayor interés «global» para la conservación de la biodiversidad valenciana está liderado por el municipio de Villena, seguido de Elx y Morella. Sin embargo, el mayor valor por cada kilómetro cuadrado (índice Territorial de Conservación) se da en Villena, Valencia y Santa Pola. Finalmente, el mayor índice de conservación— de la biodiversidad— por habitante se da también en Villena, Vistabella del Maestrazgo y la Pobla de Benifassà.