­Ironías del destino. El absuelto Francisco Camps ha recibido el primer homenaje de entidad tras su calvario Gürtel en el lugar que tantos dolores de cabeza le dio como jefe del PPCV: la provincia de Alicante. Fue la noche del viernes en Algorfa (Vega Baja), cuando el núcleo duro del campsismo alicantino, aprovechando que Camps estaba en Elx leyendo su tesis doctoral, se reunió para celebrar la absolución del expresidente en el caso de los trajes y el sobresaliente cum laude en su estudio sobre el sistema electoral.

El encuentro, organizado por el diputado Andrés Ballester y al que acudieron unos 50 alcaldes, concejales, diputados y cargos retirados, había generado mucha expectación, sobre todo después de que Presidencia de la Generalitat tratara de evitar que se celebrara. Alberto Fabra quería ir pero tenía problemas de agenda. Eso se alegó.

Ayer, la mayoría de los asistentes quiso desactivar el conflicto y negaron que el homenaje del viernes fuera un desafío a Fabra, justo a siete de su reválida como barón territorial en el congreso nacional de Sevilla. «No entiendo que se puedan enfadar, sería de una cortura de miras tremenda», subrayó uno de los asistentes. Y aclaró: «No estamos preparando ninguna toma del castillo. Aquí todos vamos a una».

«Era un acto privado. Por nuestra parte no hemos buscado protagonismo», apuntaba otro de los presentes: «Vivimos un ambiente festivo, de amigos, después de todo lo que hemos pasado y para celebrar el doctorado». Y es que más que de contubernio, el ambiente fue de encuentro de viejos amigos recordando batallas pasadas.

«Hablamos de congresos de hace 20 años, de cuando nos conocimos», señalaba otro campsista. Lógicamente, en los corrillos de antes y después de la cena se habló de política, del inminente cónclave y de la gestión de Mariano Rajoy. Pero poco más. Camps tomó la palabra, básicamente para agradecer la ayuda a sus afines en los últimos meses: «Me he sentido acompañado. Estoy muy contento», transmitió.

Y luego, fiesta. Porque el restaurante La Ermita, cerrado para la ocasión, se convirtió en sala de baile y karaoke. La exsecretaria general del PPCV y alcaldesa de Elda, Adela Pedrosa, o la exconsellera Trini Miró —asidua a las sesiones del juicio— fueron de las más activas aunque casi todos cogieron el micrófono. Francisco Camps fue uno de los pocos que no cantó. En cuanto al baile, el repertorio fue antiguo, a decir de varios de los asistentes, con boleros y clásicos como «El gato que está triste y azul» de Roberto Carlos, aunque también hubo ritmos ochenteros hasta las 3 de la madrugada.

La nómina de asistentes fue estrictamente alicantina. Desde la alcaldesa de la capital, Sonia Castedo, hasta los exconsellers Mario Flores y Trini Miró, pasando por los alcaldes Adela Pedrosa, César Augusto Asencio y el diputado Pedro Hernández Mateo.

El PPCV cree que no irá a Sevilla para no mediatizar el congreso

A falta de una semana para el congreso nacional del PP que reelegirá a Mariano Rajoy en Sevilla como presidente, todavía es una incógnita si Francisco Camps acudirá. El exjefe del Consell no se encuentra entre los más de 300 compromisarios valencianos que representarán al PPCV en la capital andaluza —la elección de delegados se produjo durante los días del juicio de los trajes—. Y según comentan desde la dirección regional y provincial del PP de Valencia, el expresidente no ha comunicado una petición de invitación para el cónclave.

Cabe recordar que Camps ya ha maniobrado con la intención de ser homenajeado en el congreso. Una especie de acto de desagravio público ante la plana mayor del partido y ante toda España tras su absolución de la causa de los trajes. Así se lo trasladó el propio Camps a Javier Arenas en una reciente visita a Sevilla. Con todo, tanto desde el entorno del presidente como desde la cúpula del PPCV se piensa que finalmente desistirá y no irá a Sevilla. Y es que, de producirse, su presencia mediatizaría por completo el congreso: una imagen que tanto la calle Génova como el Palau de la Generalitat quieren evitar. j. l. g. valencia